sábado, 7 de junio de 2008

La ciudad de las mil ciudades

Ya podéis comprender que con un título como este tenía que hacer un artículo. He tardado bastante por distintas razones. Pero la fundamental es que no tenía claro el tema. Tenía el título pero no tenía el tema. Creo que ahora, más o menos, puedo ponerme a escribir. Esta es la historia de una ciudad que no eran mil, sino una. Una que, además, estaba en la cabeza (o cabezas) de unos arquitectos. El cómo esta ciudad se convierte en mil ciudades necesita mil generaciones para ser explicado. Las mismas que vivirán en ella a lo largo de los años y que la irán construyendo vida a vida. A día de hoy, esta ciudad no es mil ciudades. Como máximo, dos o tres. La ciudad de Andrés Perea y el equipo Bloque, la ciudad de los primeros bocetos coreanos y, posiblemente, la ciudad en la que estén pensando ahora. En ser mil, lo que se dice mil, tardará un poco.

Imagen de geology.com

En el año 2004 el gobierno de Corea del Sur preocupado por el crecimiento de su capital Seúl que en la actualidad cuenta con cerca de 10.000.000 de habitantes (20.000.000 en su área metropolitana) de los aproximadamente 47.000.000 del país, decide crear una nueva ciudad a la que desplazará los ministerios y demás instituciones administrativas. En lugar donde se llevará a cabo el proyecto se sitúa a unos ciento treinta kilómetros al sur de la capital y también relativamente alejado de otras dos ciudades importantes: Busan (3.800.000 habitantes) y Daegu (unos 2.600.000 habitantes) que se encuentran todavía más al sur.

Emplazamiento

El emplazamiento se encuentra en la región de Chungcheongbuk-do muy cerca de la ciudad de Cheongju que cuenta con una población de unos 600.000 habitantes. Está regado por los ríos Guan y Miho y la superficie destinada a la nueva ciudad es de más de 7.000 hectáreas que en la actualidad están destinadas al cultivo del arroz.

Los arrozales

Pues bien, esta nueva ciudad fue objeto de un concurso internacional ganado hace dos años por Andrés Perea en colaboración con el equipo Bloque (Rogelio Ruiz, Álvaro Moreno, Juan Arana y Luis Perea). El proyecto ganador ("La ciudad de las mil ciudades") es el tema de este artículo. En el pasado mes de abril, en la presentación del libro “Arquitectura del siglo XXI: más allá de Kioto” que resume las Jornadas organizadas en marzo de 2006 por el grupo IAU+S del que formamos parte varios profesores y alumnos de la Escuela de Arquitectura de Madrid (entre ellos Andrés Perea), el propio Andrés nos explicó cuál había sido la evolución del proyecto dos años después. En el artículo titulado “Ciudades para mujeres, ciudades para todos” ya os comentaba mi intención de tratar el tema pero hasta hoy no he sido capaz de hacerlo.

La naturaleza

En este lugar, aparentemente idílico (por lo menos por las fotos) proponen una ciudad en forma de anillo, rota en tres partes por los ríos, y de forma que se preserve su parte central. Su diseño es heredero directo de las ideas de Arturo Soria y si se corta el anillo en cualquiera de sus puntos y se rectifica, surgen con claridad algunos de los presupuestos de la Ciudad Lineal. Quizás el más importante sea el contacto con el campo, con la naturaleza. Pero también el eje central de comunicaciones e infraestructuras. No estoy muy seguro de si la idea de cerrar el anillo se debe al intento de limitar el crecimiento de la ciudad pero es, indudablemente, su resultado. A lo largo de este eje se colocan, como cuentas de un collar, hasta 25 núcleos urbanos uno a continuación de otro, con una población de 20.000 habitantes (en total la ciudad llegaría al medio millón).

El proyecto, señalar en la imagen para verla más grande

El eje central de comunicaciones está formado por dos autopistas subterráneas, una carretera en superficie y un ferrocarril elevado. Hay que considerar que el tema de la circulación es prioritario en Corea al ser el tráfico en Seúl verdaderamente caótico.

Eje de comunicaciones

La idea de dejar el área central en la situación en la que ahora está (como arrozal o monte en su caso) probablemente sea la otra gran aportación del proyecto. También la más difícil de mantener a medio y largo plazo (bueno, incluso a corto, como se verá más adelante). Aunque a diferente escala no hay más que ver las dificultades que están teniendo en el Randstad holandés que se enfrentan a un problema muy similar. Sin embargo el mantenimiento de este corazón agrícola y verde debería ser vital para conseguir la ciudad sostenible que propone el equipo.

Peatones

Otro elemento de sostenibilidad que aparece en el proyecto son las distancias a las que se encuentran los diferentes elementos para el acceso a pie (incluida la naturaleza). Todo el anillo se puede recorrer en cinco horas y media, la distancia de cualquier punto al centro del valle es de menos de una hora y media y, en diez minutos, desde cualquier punto de la ciudad, se alcanza el campo.

Tren ligero

Los autores han pretendido una ciudad compacta y compleja, con mezcla de usos. Además, una ciudad del siglo XXI con alto grado de conectividad, tanto interna como con el exterior (lo que llaman la esfera net).

Mezcla de usos, señalar en la imagen para verla más grande

La realidad es que, dos años después, aspectos sustanciales del proyecto han sido modificados por los técnicos coreanos que están redactando el proyecto que se va a construir, y aunque basado en las ideas suministradas por Andrés Perea y el equipo Bloque es complicado saber en qué acabará todo. Será interesante conocer dentro de unos años, lo mismo que ha pasado con Brasilia o Chandigarth, cual es el resultado de una ciudad de este tipo.

Proyecto modificado

Independientemente de este excelente proyecto o de las cosas buenas que se pueden encontrar en las ciudades creadas ex novo (desde Stevenage hasta Irvine, pasando por Cergy-Pontoise o Cumbernauld hay dos preguntas que siempre están ahí, soterradas, cuando nos enfrentamos a este tipo de actuaciones. La primera sería algo como: ¿puede basarse en los mismos presupuestos el urbanismo de las ciudades históricas tradicionales construidas generación a generación (por capas superpuestas) que las fabricadas de golpe como un automóvil en una cadena de montaje? No estoy haciendo un planteamiento peyorativo de estás últimas, sino más bien tratando de razonar sobre las condiciones de intervención en unas y otras. Pienso que no. Probablemente dedique otro día a tratar esta cuestión que considero muy importante porque el articulo de hoy era para la “ciudad de las mil ciudades”. Simplemente haré una anotación al respecto: el plan de urbanismo aparentemente podría ser adecuado para construir una ciudad ex novo. No lo parece tanto para intervenir en ciudades que “se van haciendo”.

Asentamientos existentes

Y la segunda, todavía más polémica: ¿aporta realmente algo a la construcción de la ciudad el urbanismo de autor? Sea este autor Le Corbusier o el equipo que ha redactado las Normas Subsidiarias de… (póngase el nombre que se desee) ¿Cómo se produce la relación entre el autor y la construcción colectiva de la mayor parte de las ciudades? Es decir, ¿cómo se articula la relación entre “la gente” y “el autor”? Pienso que esta relación entre obra colectiva y obra individual aplicada a las ciudades y a los territorios no es de la misma índole que la aplicada a la arquitectura.

Ciudad sostenible, señalar en la imagen para verla más grande

En definitiva ¿es posible la autoría de una ciudad de la misma manera que la autoría de un proyecto de arquitectura, que una escultura o que una pintura? Andrés, en la exposición que hizo en la presentación del libro, realmente no se quejaba de que su proyecto se hubiera desvirtuado. Se maravillaba, se sorprendía de cómo sus ideas se iban transformando en manos de los arquitectos, geógrafos, políticos e ingenieros coreanos. Incluso me pareció que no le disgustaría ver, dentro de cien o doscientos años, que su ciudad (que ya no sería suya) se parecía ya poco a aquella que imaginó y que, realmente, era la ciudad de los ciudadanos que la habitaban en aquellos momentos y de los que la habían modificado en generaciones anteriores. Probablemente (doscientos años) sería la ciudad de las doce ciudades (generación más generación menos). Con el tiempo, y si somos capaces de mantener el planeta en condiciones adecuadas, algún día esta ciudad podrá ser, verdaderamente, la ciudad de las mil ciudades y no la de Andrés Perea y el equipo Bloque o la de los técnicos coreanos.


Aunque la intención del título (por parte de sus autores) no fuera encaminada en el sentido que le he dado, me ha servido muy bien para plantear que la ciudad, en realidad, la entiendo como un proceso histórico en el que cada generación conserva, cambia o destruye la ciudad heredada y crea nueva ciudad para adaptarla a sus necesidades. Pero, como en el mito de Sísifo, cuando una generación parece que lo ha conseguido, llega la siguiente y tiene que volver a empezar. Por eso una ciudad no se termina nunca. Por eso una ciudad como obra colectiva que es, no tiene una autoría. Como máximo, podrá ser “de autor” su comienzo. Pero una ciudad sin historia no tengo claro que sea una ciudad, probablemente será otra cosa (¿un proyecto de arquitectura?).