martes, 12 de julio de 2011

Infraestructura verde

Hace tiempo que no dedico un articulo a mis andanzas por Jornadas, Congresos, y otros eventos de estas características donde se ponen en común ideas, propuestas, y se discute sobre planteamientos discrepantes. El problema es que no siempre es así y, a veces, suelen convertirse en tediosas exposiciones que consisten en repetir oralmente lo que aparece a lo largo de veinte o treinta diapositivas montadas en un PowerPoint. Los que me conocen saben de mi alergia a dicho programa aunque suelo utilizarlo bastante para cambiar el tono de la charla en determinados momentos, y poco para ilustrar mis explicaciones. Pero lo peor no es la retahíla de imágenes sino la constatación de que, en algunos casos, después una hora de exposición el orador no se ha dignado a comunicar ni una sola idea al auditorio. Esto que sucede algunas veces en estos sitios es bastante más frecuente en la docencia universitaria. En el año 1933 en el curso de inauguración de la Universidad de verano de Santander, José Ortega y Gasset decía: “Una lección es una peripecia de fuerte dramatismo para el que la da y para los que la reciben. Cuando no es esto no es una lección sino otra cosa –tal vez un crimen– porque es una hora perdida y la vida es tiempo limitado y perder un trozo de él es matar vida, practicar asesinato blanco. Como en la Universidad actual –y conste que no me refiero sólo a la española– las lecciones no suelen ser eso que he llamado peripecia quiere decirse que la Universidad es un lugar de crimen permanente e impune”. Estamos en el año 2011 y no me parece que, desde entonces, la situación haya cambiado de forma apreciable.