martes, 17 de julio de 2012

A Coruña, esculturas en el paisaje

Hace unos días estuve en A Coruña en el tribunal de una tesis doctoral. Después de la lectura, junto con Juan Antonio, el ya doctor, su mujer Eugenia y parte del tribunal, comimos en un restaurante que hay en el mirador de San Pedro desde el que se disfrutan unas vistas excepcionales. En uno de los extremos del panorama, la torre de Hércules, el faro romano declarado Patrimonio de la Humanidad y símbolo de estas tierras, me traía a la memoria recuerdos maravillosos de la última vez que estuve contemplando el mar desde los acantilados cercanos: el tranvía, las esculturas, las olas, el verde mezclado con el azul. Tenía que volver allí y escribir sobre La Caracola de Moncho Amigo, los Menhires de Manolo Paz, o el Hércules tallando la nave de piedra que el ya fallecido Gonzalo Viana colocó camino del Campo de la Rata. Como era viernes, decidí quedarme el fin de semana, pero cuando intenté llegar al faro, pronto me dí cuenta de que las cosas habían cambiado. La más importante era que hacía ya un año que no circulaba el tranvía turístico que rodeaba la península a lo largo de todo el borde marítimo.

La Torre de Hércules desde el mirador del monte San Pedro  Lucho