lunes, 12 de agosto de 2013

Urbanización descontextualizada

En el blog ya hemos dedicado bastante espacio a tratar el tema de esa ciudad que podríamos llamar clonada, idéntica, similar, o genérica (siguiendo a Koolhaas). Más allá de las valoraciones, que si es bueno o malo, que si lo homogéneo es una rémora que si la rémora es la ciudad del sitio (la ciudad “sitiada”, cercada, sin posibilidad de avance o innovación), está la necesidad de constatar lo que realmente sucede respecto a esa pretendida homogeneidad. Las mayores evidencias recaen en los aspectos formales, ya que se ven de forma directa. Pero ni tan siquiera estos aspectos formales se han cuantificado mínimamente. Una de mis alumnas se ha atrevido a intentarlo en el trabajo fin de máster de Planeamiento del Departamento. Y digo “se ha atrevido” no porque el método para hacerlo sea complicado o porque la hipótesis sea poco pausible. Más bien al contrario, porque muchas veces se le da poco valor al hecho de enfrentarse con lo que parece evidente. Pero justamente estos trabajos son los que hacen que, de verdad, avancemos en el conocimiento real de las cosas.

Esta imagen, ¿podría ser de una ciudad española? ¿de cuál?
Lo habéis adivinado: es Astana la capital de Kazajstán... savonyuriy

El posicionamiento teórico y descriptivo está ya hecho en muchos sitios. Incluso la discusión sobre su significado y la especulación sobre el camino a seguir. En el blog hace pocos meses que comenté el libro de Francesc Muñoz titulado Urbanalización. Paisajes comunes, lugares globales (a raíz de la discusión que tuvimos en una mesa redonda en Bilbao) en el artículo Convirtiendo el paisaje urbano en un tuit. Y hace ya más de un año publiqué el trabajo de José Juan Barba titulado “Ciudad genérica y ciudad queer” en el artículo Desmontando la ciudad genérica. Por tanto, aunque la discusión no se puede dar por zanjada ni mucho menos, los términos de la cuestión están ya planteados incluso en diferentes artículos del blog. Pero la aportación que hace Irene Rodríguez Lorite se encamina a intentar cuantificar la homogeneidad. Trata de verificar si, con diferentes culturas, climas o condiciones económicas, los números nos dicen que el resultado formal de la construcción de la ciudad, es prácticamente el mismo independientemente de los lugares concretos en los que se construya.

...pero, con algunos retoques, podría haber estado igualmente al borde del lago
Erripagaña en Pamplona (o en cualquier otro sitio del planeta)  savonyuriy  noticiasdenavarra

Hay que decir que se trata de un trabajo riguroso. Desde la elección de la muestra hasta la cuantificación de las variables medidas, Irene ha ido razonando los porqués de cada elección. Es un trabajo fin de máster, no una tesis doctoral, por tanto es imprescindible considerar el tiempo que tiene asignado en créditos. Por simples motivos de índole práctica (sobre todo posibilidades de obtener información) estudió sólo cinco ciudades, todas españolas, y se centró en extensiones urbanas construidas en un período temporal concreto para hacer más sencilla la comparación. Respecto a las variables, trabajó también con aquellas que estaban a su alcance, todas de carácter formal. Es obvio que la generalización a otras condiciones, casos y variables, es el siguiente trabajo a realizar. Pero el camino está ya apuntado. Como siempre, he adaptado el trabajo a las condiciones del blog, eliminando en la medida de lo posible todas sus características más académicas como notas o bibliografía, y copiando y pegando de aquí y de allá. La expresión “irl” se corresponde con imágenes del documento.


Urbanización descontextualizada y condiciones locales
Autora: Irene Rodríguez Lorite

La relación de la arquitectura y el urbanismo con su entorno y localización es esencial para el funcionamiento lógico y racional de la ciudad. Como ya decía Vitrubio, dicha relación es crucial. La elección del lugar donde asentarse, ya fuera cercano a un río, a la costa o a un terreno productivo, era fundamental para la subsistencia de las ciudades. Ello conllevaba el modo en el que se organizaban, desde su estructura y morfología, hasta los materiales de construcción de las viviendas que solían ser, principalmente, materiales autóctonos debido al encarecimiento económico que suponía traerlos desde lejos. Sin embargo, la aparición del ferrocarril, el desarrollo tecnológico, los avances en los nuevos materiales y la producción en serie, supusieron un cambio en la manera de construir y pensar la ciudad. La importación de materiales de construcción aparenta no ser ya demasiado problema, y los avances de la producción en cadena y los menores costos por salarios más bajos en países de menor nivel de renta, ayudaron bastante a consolidar esta nueva forma de crear ciudad.

Muestra de paisajes urbanos análogos  irl

Por otro lado, se han establecido a modo de manual, parámetros y estándares de edificabilidad, densidad, altura de los edificios o relación de ancho calle, en algunos casos de forma obligatoria. Esto se ha hecho muchas veces sin pensar en las condiciones del sitio, generando la homogeneización en la producción de ciudades. Ello va en contra de la necesidad del ciudadano de contar con elementos de referencia, hitos de orientación, que faciliten la percepción del espacio y su conexión con el lugar. La relación del urbanismo con su localización no se entiende únicamente desde el punto de vista de las adaptaciones climáticas, sino que también dicha contextualización ha generado unos modos de vida y unas tradiciones culturales propias, que se encuentran vinculadas a los procesos de identidad social e individual. Esta desconexión se puso aún más de manifiesto con los postulados del Movimiento Moderno. Desde entonces se ha intensificado el camino hacia una ciudad homogeneizante y universal propiciando la propagación de áreas urbanas globales y llevando a una construcción ajena a las condiciones del lugar.

Fragmento ejemplo de una ficha tipo 1 del trabajo  irl
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En España, hacia 1955, al terminar el período de autarquía de los primeros años del régimen franquista, se reanudaron los contactos con el exterior permitiendo, con mucho retraso, la entrada de las ideas de la Carta de Atenas. Ello trajo consigo el abandono de la construcción entre medianeras para dar paso a la construcción en bloque abierto. Este tipo de urbanismo, preconizado por los ideólogos del Movimiento Moderno, ya se había llevado a la práctica en varias ciudades europeas como Berlín o Frankfurt, generando fuertes críticas por la rígida sistematización en la disposición de la edificación en formaciones paralelas, la idéntica orientación o sus características arquitectónicas repetidas. Además, resulta que en 1956 se aprueba en España la Ley del Suelo introduciendo una forma de construir la ciudad con bases similares en todo el territorio nacional independientemente de las diferencias culturales, climáticas y económicas. Estas son los mimbres, que luego evolucionan, produciendo una simplificación evidente en las nuevas áreas urbanizadas.

Fragmento ejemplo de una ficha tipo 2 del trabajo  irl
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El término homogéneo, genérico, análogo, monótono, etc. ha sido un tema de gran actualidad en la teoría urbanística desde mitad del siglo XX, sobre todo desde el punto de vista de la ausencia de identidad en la construcción de las nuevas periferias. Henri Lefebvre, en su famoso libro El derecho a la ciudad, se refiere a las construcciones de vivienda social tras la Segunda Guerra Mundial como “pabellones unifamiliares y grandes conjuntos de bloques de vivienda colectiva industrializada, concebidos ex profeso por el capitalismo industrial, encontrándose muy alejados de generar vida urbana por su simplificación social, funcional y morfológica”. En los términos de simplificación y reducción es donde está la clave del problema de la construcción de la ciudad contemporánea, generándose un paisaje que, según Francesc Muñoz “no tiene ni principio ni fin y que se define precisamente, por su ambigua ubicuidad”.

La edad del parque de viviendas en España (base INE)  irl
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La superficie de suelo urbanizada desde mediados del siglo XX hasta nuestros días ha crecido de manera acelerada. En España esto se produce de forma especial desde la década de los sesenta, habiéndose registrado que el 85,5% del parque inmobiliario se construye con posterioridad a 1960. Este rápido crecimiento, debido al inicio del proceso de desarrollo, trajo consigo la producción de infinidad de nuevos barrios y periferias con características morfológicas, arquitectónicas, programáticas y de funcionamiento totalmente descontextualizadas, sin tener en cuenta en gran parte de los casos, las condiciones locales de clima y culturales del territorio en el que se localizaban. Este trabajo ha intentado constatar cómo, a pesar de las diversas condiciones climáticas, territoriales o sociales, el resultado del paisaje urbano generado posee características de homogéneas y monótonas, lo que da a entender que en su diseño no se tuvieron en cuenta estas condiciones locales.

Mapa climático con la situación de las ciudades elegidas  irl

La muestra, para ciudades entre los 100.000 y 300.000 habitantes, se centra en el período comprendido entre 1960 y 1975. Pero para asegurar condiciones climáticas muy diferentes la base fundamental de la elección fue la clasificación climática de Martonne. Como resultado de los requisitos anteriores se eligieron las ciudades de: Alcalá de Henares, Almería, Jaén, San Sebastián y Tarragona. Además es bien conocido que estas ciudades pertenecen a contextos socio-culturales muy diferentes aunque no se cuantificaron estas diferencias. Los parámetros a analizar se agruparon según tres aspectos: de carácter físico, los relacionados con la arquitectura y otros relativos al espacio público. Entre los primeros se estudiaron: superficie de parcela, relación entre la altura del edificio y el ancho de la calle, y la orientación. Respecto a la arquitectura: tipología, materiales, relación entre muro y hueco, y cubiertas. Y los de espacio público: relación espacio público y espacio privado, plantas bajas, superficie pavimentada, tipo de pavimento y vegetación.

Temperatura y precipitación en las ciudades de la muestra (base AEM)  irl
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Los resultados obtenidos respecto a las variables analizadas que hemos agrupado bajo el epígrafe de soporte físico son bastante elocuentes. Aunque en los gráficos reproducidos no se representan las desviaciones típicas sino los valores medios, se evidencian las escasas diferencias en las cuatro variables analizadas, resultando especialmente característica la relación entre la anchura de la calle y la altura de los edificios, con variaciones escasísimas para los climas considerados. Este problema se acentúa todavía más si vemos que su orientación, analizando la proporción de metros lineales de fachada tanto en dirección este-oeste como norte-sur, es similar. Destaca el barrio de Montserrat en Almería (N-S:48%, E-O:52%) y la escasa diferencia con los barrios de Alcalá. En Jaén, el elevado porcentaje de superficie orientado a poniente también resulta bastante revelador. Si a esto le sumamos el fondo edificado que, en la mayor parte de los casos supera los 20 metros lo que complica la ventilación cruzada, encontramos unos números que certifican claramente la hipótesis.

Las variables del soporte físico y su comportamiento  irl
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Respecto a las variables agrupadas bajo el epígrafe del soporte construido sorprende especialmente el resultado obtenido de la medición del tanto por ciento de huecos en fachada. El hueco es el interfaz entre exterior e interior y cumple dos funciones clave: por un lado, regular la graduación de la luz interior; por otro, según Capel, la de inscribir la arquitectura dentro del carácter de una región y hacerla perteneciente a un lugar. Sin embargo, el porcentaje de huecos en todos los climas es prácticamente el mismo. Es resaltable, también, la escasa variedad tipológica. La mayor parte de los edificios presentan características arquitectónicas semejantes (si se exceptúa el Barrio de Monserrat en Almería) predominando el bloque abierto y, secundariamente, la manzana cerrada. Por otro lado, la cantidad de suelo edificado respecto al total está comprendido entre el 28 y el 35%, comportándose de forma muy homogénea. Respecto a las cubiertas pasan cosas curiosas. Aunque aparentan adaptarse al lugar debido a su comportamiento menos homogéneo, resulta que, por ejemplo, San Sebastián con un régimen pluviométrico de 1700 l/m2 tiene una 49% de cubiertas planas, mientras que en Jaén con una pluviometría de 357 l/m2 resulta que el 80% de las cubiertas son inclinadas, al igual que ocurre en Alcalá de Henares o Tarragona.

Las variables del soporte construido y su comportamiento  irl
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Del tercer grupo de variables y en lo que respecta a la superficie pavimentada, los resultados muestran cómo en el caso de los cinco barrios analizados todos ellos presentan un valor muy elevado rondando el 80%. A ello se le suma el color de las superficies horizontales, presentándose en la mayor parte de los casos un pavimento de adoquines de cemento gris oscuro o rojo calizo. En cuanto a la distribución de las actividades y equipamientos en el barrio, destaca que la ocupación de las plantas bajas sea muy elevada, rondando el 70% ocupado y en torno al 25% sin ocupar. La hegemonía del comercio supera en la inmensa mayoría de los casos el 50% y sus características genéricas sin identidad local constatan una vez más la hipótesis de partida. Por último, y entrando en el ámbito de la vegetación en el espacio público se constata la similitud evidente tanto respecto al porte como, tipo o la existencia o no de cespederas. A destacar que en gran parte de los casos (como en Tarragona o Almería) la vegetación se presenta de manera residual en medianas de carriles o rotondas.

Las variables de espacio público y su comportamiento  irl
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Por tanto, morfológicamente, se observa semejanza en las dimensiones de las parcelas y en la relación altura-ancho de calle, la repetición en los ritmos y la escasa variedad de los tipos edificatorios. Todo esto conlleva una monotonía urbana que se aleja mucho de la armonía pretendida y que debería basarse en una mayor diversidad tipológica donde “se mezclen viviendas en alquiler y en venta pública, protegidas y libres, de tamaño pequeño, mediano y grande y con programas de usos mixtos compatibles” (Moya, L.: La práctica del urbanismo). En cuanto a la adaptación climática, se muestra una fuerte desconexión con el lugar: valores casi idénticos en la proporción de huecos; grandes contradicciones en el diseño de las cubiertas; sección de calle con valores muy parecidos en cualquier situación; y, en todos los casos, elevada proporción de superficie pavimentada. Desde el punto de vista perceptivo, las fachadas, pavimentos, vegetación y uso de las plantas bajas, no presentan apreciables diferencias. A esta uniformidad contribuye de forma destacada el uso de los mismos materiales de construcción y ajardinamiento.

Irene Rodríguez Lorite


Hasta aquí un resumen bastante esquemático del trabajo de Irene. He preferido no incluir todos los datos numéricos y dejar sólo los porcentajes, ya que los gráficos resultaban mucho más expresivos en un artículo para el blog, pero es evidente que están ahí, detrás de los mismos. Necesitamos muchos trabajos de este tipo que permitan verificar con números en la mano algunas afirmaciones, al parecer, obvias. Sin embargo, es probable que nos llevemos alguna sorpresa. Una de las cosas que más me ha llamado la atención de este trabajo (aunque necesitaría otro artículo para explicarlo) es que parece como si lo genérico, por lo menos en el caso español, no estuviera tan directamente relacionado con los estándares de planeamiento como cabría esperar, sino más bien con variables no reguladas. Esta afirmación requiere más datos que la confirmen y su discusión. Pero, aparentemente, nos indicaría que, desde el punto de vista urbanístico, las variables económicas se impondrían sobre cualquier otra. Y que desde el edificio (además de éstas, por supuesto) debería ser considerada en los análisis la imposición de una determinada forma de ver la arquitectura muy relacionada con la moda del momento y creada por los medidos especializados, propia de la profesión, e independiente de las características del sitio y, en algunas ocasiones, incluso del usuario.

Adaptación al medio saltándose la arquitectura (además crea identidad)
Barrio de Sanchinarro (Madrid) fototravel

Las ciudades se parecen unas a otras porque sirven para lo mismo: para vivir en comunidad. Y ello no debería ser considerado negativo. Es más, la innovación siempre se produce primero en áreas de vanguardia y luego se extiende por todo el planeta. Pero eso no quiere decir que lo nuevo que funciona en Bogotá vaya a funcionar igualmente bien en Sevilla. Decía Ortega que “La técnica es lo contrario de la adaptación del sujeto al medio, puesto que es la adaptación del medio al sujeto”. Mediante la técnica (y la ciudad es uno de los artilugios técnicos más sofisticados) podemos adaptar el medio para que las mismas áreas urbanas y los mismos edificios puedan funcionar en las situaciones más dispares. Pero esto tiene algunos límites. El más importante y que está directamente relacionado con la sostenibilidad (vuelvo a hablar de sostenibilidad ahora que los políticos han quemado la palabra y ya casi ninguno la usa) es la eficiencia del sistema. Es muy probable que el mismo barrio que copiemos de las afueras de Reikiavik y construyamos en Kinsasa podamos llegar a conseguir que funcione en ciudades tan diferentes, pero los costes económicos, ecológicos y sociales, de hacerlo así no son asumibles, ni por el planeta ni por los grupos locales. Desde el punto de vista de las relaciones de la ciudad con el medio, probablemente el significado más adecuado de la palabra diversidad sea un compromiso entre la adaptación al medio y la adaptación del medio. Es decir, una mezcla de ciudad local que aumente  la resiliencia y ciudad genérica que facilite la innovación.