domingo, 7 de octubre de 2018

Celebration City

Hace unos días en estuve en Málaga dando una conferencia en el Centro Pompidou titulada “Utopías y distopías urbanas. La ciudad ideal como ideología”. Entre los ejemplos de ciudades ideales actuales me referí, entre otras, al modelo Smart City y a la ciudad de Celebration. Dado que a la Smart City ya le he dedicado varios artículos del blog he pensado que sería interesante plantear “el caso” de Celebration. Por varias razones que podría resumir en tres principales: se trata de un ejemplo no demasiado conocido; tanto su génesis como su planteamiento son diferentes al resto de ciudades ideales que se han intentado llevar a cabo; y, además, resulta que contiene elementos que ayudan a la comprensión de las dificultades de construir una ciudad ideal con características intemporales y sin posibilidad de aislarla respecto al resto del mundo. De forma que decidí adentrarme en el mundo Disney y tratar de entender un caso atípico de ciudad ideal planteada como un negocio. Rentable, por cierto.

Celebration City, Osceola, Florida  google

En diciembre de 2010 The Guardian publicaba un artículo titulado “How the Disney dream died in Celebration” en el que se podía leer: “Había una vez un lugar donde los vecinos saludaban a los vecinos en la quietud del crepúsculo de verano. Donde los niños perseguían luciérnagas. Y los columpios del porche proporcionaban fácil refugio ante las preocupaciones del día. Donde el cine proyectaba dibujos animados el sábado. Donde la tienda de comestibles entregaba los pedidos. Y había un maestro que siempre supo que tenías ese algo especial. ¿Recuerdas ese lugar? Entonces llegó el invierno y sopló un viento helado. La gente perdió sus trabajos, a las familias les vencieron las hipotecas de sus casas. Una mañana despertaste y al volverte para saludar a tus vecinos descubriste que se habían ido. El cine cerró. La tranquilidad de los primeros crepúsculos se vio truncada por la noticia de un brutal asesinato justo en el centro, y unos días después un hombre que se suicidó después de un tiroteo con la policía”.

Celebration City, Osceola, Florida  google
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Como en algunas novelas de misterio, he empezado casi por el final para darle un cierto tinte dramático a un relato que todavía no ha terminado. Y es que lo sucedido en esta ciudad de Florida parece el guion de una película. Y, en realidad, es lo que corresponde a una ciudad (bueno, más bien un pueblo) cuyo origen se encuentra en el imperio Disney. Todo empezó a principios de los años noventa del pasado siglo XX, cuando la Disney Development Company decidió construir en Kissimmee (colindante con Orlando, en Florida) y muy cerca del Walt Disney World Resort, una ciudad “limpia, ordenada, honesta, concurrida, segura” y en la que “el crimen no se toleraría jamás”. Los datos técnicos se pueden encontrar en muchos sitios. Originalmente se llamaba EPCOT, las siglas en inglés de Prototipo de Ciudad Experimental del Mañana. El planeamiento se confió a Robert Stern y a la sociedad Cooper, Robertson & Partners. El paisajismo y las comunicaciones al estudio EDAW de San Francisco.

Sun Trust Bank de Robert Venturi y Scott Brown  JackieCraven

Pero es que, además, a mis lectores arquitectos les va a sonar la nómina de estrellas rutilantes de la arquitectura que han diseñado algunos de sus edificios emblemáticos: el cine al que se refiere el artículo de The Guardian que reproduzco en el segundo párrafo es de Cesar Pelli, el Sun Trust Bank lo firman Robert Venturi y Scott Brown. La central de correos es de Michael Graves, el centro de salud de Stern, y el edificio de recepción de Philip Johnson. Sin embargo, el proyecto y construcción de las viviendas no sigue este patrón ya que, en todos los casos, se trata de modelos arquitectónicos predeterminados con pocas variaciones tipológicas. A elegir: costero, colonial, clásico, mediterráneo y victoriano. Y todos estos modelos pintados en colores pastel. La construcción de Celebration se realiza por fases a partir de 1996 y, en principio, tiene un gran éxito. Y no sólo de ventas. En 2001 es nombrada “Comunidad del año” por el Urban Land Institute. Veamos como la describe esta Institución:
       “Celebration es una ciudad nueva e innovadora planificada siguiendo los principios tradicionales de diseño de vecindarios que combina con éxito la arquitectura, la educación, la salud y la tecnología, de manera que se promueve un fuerte sentido de comunidad. (…) Con un centro urbano completo y 2.500 unidades residenciales, la comunidad de uso mixto integra instituciones residenciales, comerciales, educativas, tiendas, restaurantes y servicios a través de una red de caminos, senderos y paseos marítimos. (…) En solo cinco años, Celebration ha desarrollado un sentido de comunidad resiliente, con más de 20 grupos cívicos y sociales prósperos, ocho congregaciones religiosas, una tasa de voluntariado y participación comunitaria del 75%. Otras investigaciones indican que el 80% de los residentes sienten que pueden contar con otros vecinos para obtener apoyo y ayuda. El éxito de Celebration proviene del compromiso inquebrantable de nutrir un fuerte sentido de comunidad a través de un diseño reflexivo, el apoyo de la Fundación Celebración sin fines de lucro, y la invitación a los residentes a participar en la evolución de la comunidad”.

Una ciudad pensada para pasear  google

Walt Disney siempre tuvo la idea de construir una ciudad ideal como parte de un proyecto que incluía el ya famoso parque de atracciones. Parece que buscó con constancia en lugar donde llevar a cabo su gran ilusión. Realizó numerosos viajes y, cuando tuvo claro el sitio, fue comprando tierras poco a poco hasta totalizar alrededor de 12.000 hectáreas. Además, los que lo conocían bien, tenían clara su casi obsesión por el control total de todo lo que hacía. También de su territorio. De forma que consiguió de las autoridades locales un poder absoluto, incluyendo el nombramiento de gobernador o la capacidad de aumentar impuestos o controlar carreteras y servicios públicos.Walt Disney murió en diciembre de 1966 sin ver construido el proyecto del parque de atracciones ni tampoco su ciudad ideal. El parque lo llevó a término su hermano Roy que, como homenaje, le puso su nombre: Walt Disney World. Tres meses después de inaugurar el parque, en 1971, muere Roy y la construcción de la ciudad queda en suspenso. No sabemos si en el futuro Walt despertará de su crionización (una leyenda urbana dice que fue crionizado antes de morir) y comprobará que, efectivamente, su ciudad ha sido construida.
       Pero el caso es que ahí está, lo mismo que el parque de atracciones. Los herederos del imperio Disney pensaron que sería bonito diseñar una ciudad “en la que Walt hubiera deseado haber crecido”. Trataron de huir de las soluciones urbanas basadas en suburbios cada vez más alejados y absurdos, a los que las personas “serias” huían para alejarse de los centros donde el consumo de drogas (crack, cocaína) iba degradando a sus habitantes. Se planteó como un intento de volver a los días felices de las pequeñas ciudades americanas anteriores a la guerra. De forma que se buscaron las soluciones más populares de plazas, calles, edificios, de algunas ciudades del sur como Savannah, Charleston o Nueva Orleans y se copiaron directamente en una especie de prontuario de soluciones en las que (según el artículo de Ed Pilkington que se referencia en la nota final) se “dictaba cada detalle, hasta las plantas que se podían cultivar en los patios. Solo se permitieron seis estilos de casa y solo una gama limitada de colores: blanco, azul, amarillo, rosa y beige, todos en tonos pastel”. Sean cinco o seis los estilos de casas permitidos las posibilidades de elección no parecen muchas.

¿No parece un decorado de "El Show de Truman"?  ustraveler

En el año 1997, poco tiempo después de la creación de Celebration, y como residente y trabajador durante seis meses en la misma, Brandy Davis escribe en un artículo titulado “New Urbanism: Cause For Celebration”: “Esta es una ciudad donde las personas quieren involucrarse. Un lugar donde su vecino realmente llamaría al 911 si viera a alguien llevar una camioneta a su puerta y cargar con el contenido de su casa. Sí, el crimen sucederá en Celebration y los residentes lo saben. Esto no es una utopía y nadie es tan ingenuo. Sin embargo, esta es una ciudad donde los residentes realmente mostrarán preocupación cuando el crimen suceda. Se encargan de ser proactivos en lugar de reactivos típicamente estadounidenses. Conocen a sus vecinos y están felices de sentir vigilada su casa cuando están ausentes durante el fin de semana. Cuidan a los hijos de sus vecinos como si cuidaran de los suyos”.

La bandera USA como parte de esta ciudad ideal  google

Esta premonición de Davis se cumple poco después cuando ocurre el primer robo en Celebration. Una familia residente, la de Terrence Turner, es asaltada por un ladrón que se fuga con el dinero y dos tarjetas de crédito. La necesidad de que intervenga la policía asombra a todos y deja a sus habitantes en estado de shock. En aquellos momentos, los dos mil vecinos que vivían en la ciudad en la que “el crimen no se toleraría jamás” comprueban que una cosa son las películas de Disney y otra la realidad. De cualquier forma, un único delito en dos años casi es un record digno de ser mencionado. Y claro, el hecho salta a los titulares de todos los periódicos. Porque uno de los pilares sobre los que se asientan algunas de las ciudades ideales, la moral de sus habitantes, se resquebraja ¿o no? Porque resulta que también puede ocurrir que El Mal venga de fuera. Y esta es una de las primeras condiciones de una ciudad ideal: su aislamiento del entorno. Tomás Moro lo tiene claro cuando sitúa Utopía en una isla.

Plano de Celebration en 2017  celebration 
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Sin embargo pasa un tiempo de más o menos calma y Celebration sigue creciendo. En 2010 tiene ya cerca de 7.500 habitantes y vivir en ella se cotiza muy positivamente como se refleja en los precios de venta. Además, en 2004 Disney había vendido Celebration a Lexus Capital y, aunque sigue con el control (nombra hasta el gobernador), pierde el estigma de ser parte de imperio Disney, y una de las quejas de Brandy Davis (“¿Entonces, cuál es el problema? El problema es que Disney está involucrado. Demasiadas personas están preocupadas con el papel de Disney en la ciudad”) debería de haber desaparecido en parte. Pero la realidad no es tan idílica como una película. Como veremos, cuando la propiedad pasa a manos de Lexus ya había empezado el deterioro y se habían incumplido demasiadas promesas.
       Pero en este año de 2010 sucede algo impensable: aparece colgado el cadáver del anciano jubilado Matteo Giovanditto, que vivía solo con la única compañía de un chihuahua que ladró tres días por la muerte de su amo sin que nadie hiciera caso. Detenido por la policía, el asesino increíblemente contó que Matteo lo había agredido sexualmente. Los problemas no terminaron aquí. Pocos días después, un antiguo piloto de American Airlines llamado Craig Foushee, se encierra en su casa y empieza a disparar. La policía lo cerca y, después de intercambiar disparos a lo largo de catorce horas se suicida. Y es que Foushee acaba de declararse en bacarrota. Además estaba divorciado y, aunque padre de tres hijas, al parecer la maravillosa comunidad de Celebration no había sido capaz de romper la soledad en la que se encontraba. Después de esto ya no todo parecía tan maravilloso en Citylandia.

Celebration School  change

Pero ya hacía tiempo que los vecinos se encontraron con otros problemas más cotidianos. Cuando Lexus se hizo cargo de Celebration en 2004 el área central estaba en mal estado y muchos inmuebles deteriorados necesitaban una renovación. A los residentes se les había prometido, desde instalaciones de alta tecnología como fibra óptica en cada casa o servicios comunitarios on line, hasta ordenadores gratuitos a cambio del rastreo de datos. Nada de esto ocurrió. Incluso la escuela pública con criterios de enseñanza privada y planes de estudio diseñados  por las universidades de Harvard y Johns Hopkins, con clases mixtas y sin calificaciones, fueron un fracaso estrepitoso. Parece que hasta hubo enfrentamientos entre los padres a puñetazos y, finalmente, la escuela se dividió en dos más convencionales. Que yo sepa no se ha estudiado con suficiente profundidad este tema y se lo brindo a los jóvenes investigadores ya que se trata de una experiencia docente real basada en premisas muy novedosas.
       Es que ni tan siquiera el cine diseñado por Pelli funcionó durante muchos años. Eso sí, el centro de salud, administrado por la Iglesia Adventista, fue todo un éxito. Y respecto al comercio las quejas fueron unánimes. No había ni una triste ferretería o una peluquería. La tienda de comestibles del centro tuvo que cerrar y se abrió un hiper al lado de la autopista. En el momento actual, y según el Wall Street Journal, los propietarios de condominios de Celebration Town Center "están luchando contra los techos con goteras, balcones que se han separado en los laterales de los edificios y el moho que se extiende en sus paredes. Sus propiedades se han vuelto tan ruinosas, dicen, que están teniendo problemas para venderlas". Hasta tal punto que está en marcha una demanda por parte de los vecinos.

Sentido comunitario, la fiesta  celebration
 
Bueno, supongo que eso será solamente en el Celebration Town Center porque resulta que el precio medio del metro cuadrado residencial es, aproximadamente, el doble que la ciudad más cercana y mucho más alto que cualquier otra ciudad del condado, según el artículo del periódico The Economist que se referencia en las notas. En este mismo artículo se puede leer como el paso de las ideas a la realidad, en la mayoría de ciudades ideales, no está exento de dificultades generalmente relacionadas con los sistemas de control, tanto espacial como social que se vuelven críticos: “La esperanza bien intencionada de recrear alguna versión del pasado de Estados Unidos ha sido derrotada por el presente. Los parques, piscinas y áreas de juego pertenecen a la asociación de residentes y están prohibidos a los no residentes. Sentarse en un banco del parque se considera una violación de las ordenanzas. Los vecinos se quejan de los turistas que miran por encima de sus cercas o de los miles de niños de las zonas vecinas que vienen en Halloween. Disney fundó Celebration según el principio de apertura: la escuela y los servicios públicos son públicos, y la oficina del alguacil del condado proporciona patrullas policiales. Sin embargo, se ha convertido en una comunidad cerrada con puertas invisibles”.

No es Celebration, este si es el Show de Truman  cinemartistry

Estas son las contradicciones de una ciudad que parece un decorado de El Show de Truman. Solo falta que retransmitan en directo lo que sucede. Hasta tal punto está llena de atrezzo que se puede leer en un artículo que publica Ed Pilkington en The Guardian: “El árbol de Navidad de 40 pies tiene agujas de plástico. La pista de hielo de la manzana central es una hoja de plástico blanco. A primera vista, la nieve que cae cada hora en las noches de invierno, parece tan convincente como la nieve falsa, hasta que nos damos cuenta de que el artificio es de doble capa: no es nieve artificial, sino crema de afeitar. Si pasamos suficiente tiempo en un entorno como este podríamos volvernos paranoicos. ¿Esa nieve en el techo es nieve artificial o es algodón? ¿La bandada de patos caminando por la calle ha sido puesta allí para para que la veamos? ¿El letrero del lago (hecho por el hombre) que dice "es una violación de la ley de la Florida alimentar o acosar a los caimanes" es genuino, o una broma elaborada?”.

¿Nieve en Celebration, o quizás crema de afeitar?  orlandoweekly

El éxito comercial ha sido evidente. Y desde el principio. Hasta tal punto que Disney tuvo hacer un sorteo para vender las primeras 474 casas entre las más de 5.000 solicitudes. Situación que se ha mantenido según hemos podido ver en los precios de venta actuales. ¿Cómo es esto posible? En las pasadas elecciones Celebration voto a Trump y, tanto el distrito como el condado, han votado demócrata. Trump, por supuesto, habla de América primero y, en realidad, Celebration no fue más (lo es todavía) que una forma de encarnar, imaginar, ese sueño americano que se perdió no se sabe muy bien cuándo ni dónde. En la conferencia de Málaga a la que me refería al comenzar el artículo hablaba de que la ciudad ideal se puede entender como una utopía (o una distopía). Es decir, como una representación de una ideología. Como una referencia concreta de un sistema de pensamiento que permite su visualización y se configura como un camino a seguir (o a desechar). Una meta posiblemente inalcanzable pero que nos sirve para avanzar, o para no equivocarnos en caso de que represente una distopía.

Vista de Celebration con el lago en primer plano  expedia

Algunos autores piensan que Celebration no ha sido un intento vano y sin sentido. Robert Steuteville en Public Square, donde informa de los Congresos del llamado New Urbanism, nos dice que Celebration ha permitido cambiar, en muchos aspectos, la forma de construir ciudad en Norteamérica: introducción de unos mixtos que permiten romper (un poquito) los estrictos sistemas de zonificación; formas de venta basadas en la creación de comunidad lo que ha traído consigo que se hable como normal de “creación de lugares”; estilos de vida urbanos; ciudades pensadas para andar… Fracasos como los de Owen en Indiana con New Harmony, incluso el Movimiento Moderno con Le Corbusier a la cabeza o el familisterio de Godin y tantos otros intentos de llevar a la realidad ciudades ideales son ejemplos claros de la dificultad del empeño de llevar a la práctica una utopía. Y si a eso añadimos todas aquellas que ni tan siquiera se intentaron construir, el caso de Celebration no parece que sea tan negativo.
       La dificultad que subyace en todos estos intentos, sin duda con buena intención (aunque en el caso de Celebration no tengo claro que no fuera sencillamente un negocio) es que son propuestas de personas más o menos “iluminadas” que concretan sistemas ideológicos generalmente de forma radical sin contar con nadie más. En el diseño de Celebration no intervino para nada “la gente” ese ente amorfo al que, a veces, nos referimos cuando queremos hablar de participación en la construcción de la ciudad. Cuando el contenedor está construido y la gente ya puede habitar en “nuestros” edificios, circular por “nuestras calles”, descansar y diviertirse en “nuestros” parques (todo ello diseñado por excelsos arquitectos y urbanistas), entonces sí, es el momento de que esa masa amorfa se asocie, hable, se conozca, desarrolle ese sentido de la comunidad que desinteresadamente les hemos facilitado con nuestros maravillosos proyectos arquitectónicos y urbanísticos.

Creando comunidad Celebration’s Annual 2106  celebration 
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Pero no quería terminar dando una visión demasiado pesimista. La verdad es que sin utopías, sin esas representaciones a veces minuciosas, de unos deseos colectivos que, en realidad, responden a sistemas de valores e ideas que conforman determinada manera de entender nuestras relaciones, no se podría avanzar demasiado. Y una de las formas de representar estas utopías (si queremos ser precisos y hablar solo de El Bien deberíamos hablar de eutopías) son precisamente lo que llamamos “ciudades ideales”. Celebration tiene una parte importante de eutopía pero también de distopía. Y otra igualmente importante de negocio. Pero en el siglo XXI si, de alguna forma, no hay negocio es complicado llevar adelante determinados proyectos. Quedémonos con la idea de que Celebration nos ha permitido pensar, aunque sea para venderla, en una ciudad más justa e igualitaria, más humana, una ciudad pensada para andar, una ciudad en la que los vecinos están dispuestos a ayudarse y a compartir. Aunque la realidad se haya encargardo de desmentirlo, por lo menos se ha planteado. En definitiva, intentando conseguir de un decorado una ciudad para vivir. Porque también hay formas muy distintas de construir decorados. Es decir, contenedores de guiones vitales previamente establecidos.



Nota. Para aquellos que quieran ahondar en determinados aspectos de Celebration voy a relacionar a continuación algunos enlaces que me han parecido de interés y que además se citan en el texto: