sábado, 4 de febrero de 2017

Investigar con datos visuales

Todos los métodos de investigación, bien sean cualitativos o cuantitativos, utilizan datos. Los datos pueden ser de muchos tipos: numéricos, verbales, subjetivos, objetivos… Pero, muchas veces, al trabajar en temas relacionados con la ciudad y el territorio nos encontramos con un tipo de datos muy especiales, los datos visuales. Normalmente, los datos visuales (como cualquier otro tipo de datos) se tratan recurriendo a metodologías cualitativas, cuantitativas o mixtas. Sin embargo, presentan algunas características específicas que es necesario conocer. En algunos artículos del blog se han presentado trabajos en los que se utilizan datos visuales para llegar a determinadas conclusiones pero, hasta ahora, no he tratado el tema de forma sistemática. A continuación voy a intentar una introducción al uso de este tipo de datos tan importantes tanto en urbanismo como en paisaje y ordenación del territorio.

Datos visuales como punto de partida  iab

Lo primero que habría que decir es que voy a tratar de “datos visuales”. No del “análisis visual” de otro tipo de datos, bien sean cuantitativos o cualitativos. Esto es importante. El material de partida serán dibujos, fotos, edificios, esculturas, vídeos, paisajes, o películas. Es decir, material gráfico que, incluso, podemos convertir en datos numéricos para luego representarlos gráficamente. Además, aunque tanto en el título como a lo largo del texto hablaré de “datos visuales”, en realidad en algunos casos debería decir “datos audiovisuales” ya que, a veces, se trata de vídeos, películas o programas de TV, en los cuales la información visual es casi inseparable de la auditiva. Buena parte de los investigadores que han utilizado este tipo de datos lo han hecho a partir de planteamientos metodológicos cualitativos. Y, muchas veces, en temas de psicología o investigaciones sociológicas, aunque probablemente haya sido la antropología la que más los ha utilizado y avanzado en técnicas específicas.

Portada del libro de Marcus Banks  edmorata

Para no perderme y simplificar la exposición, voy a seguir en parte el esquema del libro de Marcus Banks titulado Los datos visuales en investigación cualitativa, cuya lectura recomiendo a cualquier investigador no solo por lo que dice, sino por el completo conjunto de referencias que contiene relativas a muchos de los temas que trata. En realidad, probablemente debería de haber empezado hablando de algo relacionado con mis primeros pasos como investigador: la semiología y la semiótica, cuyo máximo esplendor se produjo en los años sesenta y setenta del pasado siglo. Hace ya  tiempo que he prometido que iba a escribir algún artículo sobre el tema pero lo he ido dejando y ahí sigue solo como un proyecto. O acaso debería haber comentado previamente la teoría de la Gestalt con Max Wertheimer al frente, como me enseñaron mis profesores de Introducción al Urbanismo cuando era alumno de la ETSAM. O aquellas cuestiones relacionadas con la hermenéutica... Por eso he dicho que iba a seguir el libro de Banks, porque ya me estoy desviando hacia otras cosas (aunque quizás sea bueno recordarlas) que harían el artículo interminable.

Imagen y fondo según la teoría de la Gestalt  leblogdelagestalt

De cualquier forma resulta imprescindible empezar diciendo que, en realidad, y a pesar de lo que expondré a continuación, no existe un consenso en la forma en la que se deben de tratar este tipo de datos. Podríamos hablar de la eterna dicotomía entre los acercamientos cognitivos a partir de la psicología y la introspección (en algunos casos repudiados como no científicos), y aquellos que entienden lo cognitivo como una experiencia sólo posible en el seno de una colectividad. Luego están los que construyen un discurso narrativo a partir de los mismos, y tantas otras formas de acercarse al tema que hacen de esta cuestión una de las más complejas que podemos tratar desde el punto de vista metodológico o epistemológico. Bueno, una vez escritos los convencionales párrafos de disculpas ya va siendo hora de tratar las cuestiones más prácticas que interesen al lector.

"Through Navajo Eyes"  visonmaker

Banks empieza el libro hablando de un proyecto de finales de los sesenta titulado “Through Navajo Eyes” llevado a cabo por Sol Worth y John Adair. Y me parece una excelente forma de abordar la cuestión. Worth y uno de sus alumnos suministraron cámaras de 16 mm. a siete navajos de Arizona para que, después de unas mínimas nociones sobre su funcionamiento, filmaran lo que quisieran del entorno en el que vivían. El resultado fue una serie de tomas cortas sobre algunas costumbres y ceremonias de este colectivo. Podéis ver algunas secuencias en el enlace que figura al final del artículo. Según Banks: “Aunque se han dirigido criticas al proyecto, este destaca como un ejemplo de investigación empírica bien diseñada, con objetivos y métodos claros”. Se trataba de saber si hacían películas que, de alguna forma, reflejaran su forma de ver el mundo que les rodeaba.

"Through Navajo Eyes"  visonmaker

La interpretación de los resultados obtenidos les llevó a verificar que la hipótesis iba por buen camino pero no era totalmente cierta. La lengua puede servir de ayuda para llegar a la realidad social pero parece que no la determina. La investigación de Worth y Adair, luego revisada por Dick Chalfen, no fue concluyente pero abrió un camino para utilizar el cine en investigación antropológica. Lo mismo que hicieron Worth y Adair con los navajos hay muchísima literatura de investigaciones que han recurrido a suministrar cámaras de cine, vídeo o de fotografía a determinados colectivos para que cuenten sus experiencias a través de un lenguaje que no es el verbal. En el libro de Banks hay bastantes ejemplos. Incluso en el caso de aquellas personas con dificultades de expresión oral puede recurrirse a pedirles que dibujen.

Paisaje rural de Millana según dibujos de los visitantes
De un trabajo de Teresa Eiroa  elblogdefarina

Esta es una forma de realizar investigación con datos visuales en ciencias sociales: solicitar a los sujetos investigados que confeccionen ellos mismos el material que luego se analizará. Pero hay también otra forma de hacerlo a partir de material visual realizado por el propio investigador. Por ejemplo, en el blog hay varios artículos de trabajos realizados mediante fotos elaboradas por los investigadores y que se muestran a los sujetos, para poder llegar a conclusiones sobre algunos elementos urbanos determinantes para la realización de actividades en el espacio público. O también vídeos o notas, diagramas, dibujos, realizados por el propio investigador en el momento de una entrevista o ante una situación específica. Así, los cuadernos de campo tan utilizados por los antropólogos pueden incluir datos visuales además de los puramente escritos.

Uso de datos visuales en etnografía  templeuniversity
 Jay Ruby filmando en la comunidad de Oak Park

Todo trabajo de investigación empieza por un proyecto. En un proyecto que incluya datos visuales hay que ser particularmente cuidadoso con los aspectos prácticos ya que este tipo de datos a veces requieren técnicas muy específicas. Hay que considerar dos cuestiones relevantes. Por una parte el tema económico ya que en algunos casos la obtención de datos visuales o audiovisuales cuesta bastante dinero, y habrá que considerar desde el punto de vista presupuestario esta cuestión. Y por otra, el sistema de difusión de la investigación, generalmente muy complicado. Por ejemplo, la verificación de un dato sobre uso del espacio público puede requerir cientos de fotos tomadas a lo largo de días y meses. Una vez verificado es evidente que cualquier editorial rechazará la publicación de estos cientos de fotos. Pasa lo mismo que con horas de entrevistas filmadas a determinados sujetos de la investigación.

Dunkerke de Gabriele Basilico, Mission DATAR, 1984
 De un trabajo de Ignacio Bisbal  elblogdefarina

Cuando el investigador se enfrenta al análisis de datos visuales debe tener ciertas cautelas. Pero hay dos que no debería olvidar nunca. El tiempo y el contexto. Respecto al primero, habría que decir que el significado de las imágenes cambia con el transcurso de los meses o los años (a veces, de los días o incluso de las horas) aunque se trate de los mismos sujetos. Esto es particularmente importante en el caso, por ejemplo, de fotografías obtenidas de un archivo o de un periódico. En el blog hay un artículo de uno de mis exalumnos, Ignacio Bisbal, sobre la aportación de la Misión DATAR a la construcción del paisaje francés de los años ochenta del pasado siglo XX que puede ilustrar el tema. La otra cuestión se refiere al contexto. Según Banks: “Las imágenes, incluso las creadas por el investigador, deberían considerarse siempre en contexto, en particular, en los contextos de producción, consumo e intercambio. Aunque el proyecto particular de un investigador puede centrarse en detalle solamente en uno de ellos, debería considerar, sin embargo, los otros”.

Cientos de miles de datos visuales en Internet  blogpot

Las fotos de la Misión DATAR son una forma de obtener imágenes a partir de archivos que ya existen. Pero esto se puede extender a muchas otras formas de conseguirlas. Por ejemplo, imágenes contenidas en periódicos, revistas, libros, colecciones fotográficas, museos, particulares, instituciones oficiales… La lista puede llegar a ser muy grande. Generalmente se trata de una fuente bastante barata de obtención de información. Si añadimos todas las procedentes de las redes sociales (Twitter, Facebook, Instagram, Google) y los cientos de miles que se pueden encontrar en Internet, contamos con un “banco de datos” accesible, al alcance del bolsillo de casi todos los investigadores y relativo a un gran número de materias. Probablemente, en el momento actual, sea una fuente de información de las más importantes. Su análisis requiere considerar el contexto de la producción original, la historia del documento analizado y la forma en la que se utiliza (por ejemplo, en una entrevista). En cualquier caso su uso requiere una metodología muy depurada y altas dosis de inventiva e innovación.

Imágenes como ayuda en entrevistas
 De un trabajo de Teresa Eiroa  elblogdefarina

Pero el investigador también puede partir de imágenes elaboradas o seleccionadas directamente para un uso concreto. Normalmente se trata de ayudas para entrevistas estructuradas o semi-estructuradas mediante fotografías, escenas de cine, TV o vídeos. Se trata de provocar recuerdos, asociaciones, o sencillamente que el sujeto entrevistado se encuentre más cómodo si se utiliza un medio “neutro” como forma de limar asperezas. Es un método de los más complejos de abordar y sólo recomendable para casos de investigadores con experiencia en entrevistas. En urbanismo las imágenes elaboradas o seleccionadas por el investigador se utilizan mucho, no en entrevistas sino como sustituto de una situación real. Por ejemplo, una plaza. En lugar de llevar al sujeto a la plaza se le proyecta una foto o un vídeo del sitio. Tiene la ventaja de que se puede manipular e introducir o quitar elementos para analizar la reacción del sujeto ante los cambios. Pero siempre requiere contrastes posteriores en situaciones reales. 

Imagen preparada por José Manuel Gallego para
 una encuesta sobre contaminación visual

Por último están las imágenes elaboradas por los propios sujetos, tal y como se ha ilustrado al comienzo del artículo con el caso del proyecto de Worth y Adair sobre los navajos. Técnicamente la forma más sencilla de obtener datos de este tipo es pedir que hagan fotos. Pero también se les puede pedir que filmen mediante cámaras de vídeo, cine o, incluso, móviles. El caso más complejo es la elaboración de un documental completo, montaje incluido. También es el más complicado y no solo por la necesidad de darles unas mínimas nociones técnicas sobre el uso de los aparatos. A veces, para obviar algunos de estos problemas se puede recurrir, incluso, a un sistema colaborativo entre varias personas (incluido el propio investigador o investigadores). El sistema colaborativo no solo se puede utilizar para la elaboración de un documental o producto análogo sino también para el caso de la toma de fotos. Cuestiones “colaterales” que habría que tratar son las relativas a los permisos y el copyright, a veces de mucha importancia y frecuentemente olvidadas.

Análisis cuantitativo a partir de una foto, Marlown Cuenca
 Trabajo de curso señalar en la foto para verla más grande

En este rápido vistazo a algunas de las formas de procedencia de los datos visuales casi no me he referido a las diferentes técnicas y métodos de análisis de estos datos. En principio podríamos decir que serían las propias de las metodologías tradicionales, bien cuantitativas, cualitativas o mixtas. Por ejemplo, una foto aérea de un bosque nos puede permitir dimensionar áreas urbanas, agrícolas o destinadas a infraestructuras. O cuantificar el número de vehículos que, en un instante determinado, circulan por una carretera. También una foto de una plaza nos permite saber las actividades que están realizando las personas que la ocupan. Incluso la superficie de una fachada comercial dedicada a anuncios. Claro que si filmamos un recorrido urbano podemos también contar cosas que vayamos encontrando en el recorrido. Esta forma cuantitativa de análisis de datos visuales se utiliza mucho en urbanismo y ordenación del territorio y tiene un cierto interés, sobre todo económico.

Restitución fotogramétrica a partir de aerogramas
 Ejemplo de datos bastante poco icónicos

Pero hay otro grupo de aproximaciones más cualitativas al análisis que, probablemente, sean de una mayor riqueza que las puramente cuantitativas. El problema es que las imágenes, como ya he dicho anteriormente, admiten muchas lecturas diferentes dependiendo del contexto, tanto social como personal (incluso temporal), lo que introduce dosis de incertidumbre bastante notables. Pero, aunque este sea su mayor inconveniente desde el punto de la verificación científica, se convierte en uno de los mejores aliados cuando la investigación adquiere la forma de exploración, hallazgo o colaboración en el descubrimiento. Sobre todo en lo que se refiere a las ciencias sociales. Este es su mayor potencial todavía no demasiado utilizado en temas de urbanismo y ordenación del territorio: la posibilidad de encontrar nuevos caminos, nuevas vías que permitan transitar territorios inexplorados. Particularmente en cuestiones relacionadas con la participación pública y la comunicación.

Un plano de Estambul mucho más icónico  familypedia

A lo largo del artículo de hoy, destinado básicamente a los que se inician en la investigación, no he pretendido más que resaltar el hecho de que existen o se pueden conseguir una gran cantidad de datos que no son verbales (orales o escritos) ni numéricos, sino que son imágenes de muy diversos tipos. Y que, muchas veces, estos datos son los únicos que nos van a permitir avanzar en un campo de conocimiento tan complejo como pueden llegar a ser un paisaje, una ciudad o un territorio. También que su análisis, en general, no se puede abordar de la misma forma que otro tipo datos que soportan muy pocas lecturas. Incluso, aunque tratemos solo con imágenes (por ejemplo, en el caso de las representaciones cartográficas) se suele diferenciar entre aquellas más icónicas, que se entienden muy rápidamente, y las más científicas que admiten una o muy pocas lecturas. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes pero las más icónicas son mucho más susceptibles de producir errores de interpretación que las basadas en convenciones simbólicas, aunque también son mucho más sugerentes. En cualquier caso es un tema apasionante y todo investigador debería de hacer algún trabajo a partir de datos visuales, aunque solo fuera para conocer las posibilidades que ofrecen.


  • Nota 1. El libro que me ha servido para organizar el artículo es de Richard Banks, se titula Los datos visuales en investigación cualitativa está publicado por la editorial Morata y la primera edición es de junio de 2010. Previamente había sido publicado en inglés con el título de Using Visual Data in Qualitative Research por SAGE Publications of London en el año 2008.
  • Nota 2. Algunas secuencias sobre el trabajo de Sol Worth y John Adair sobre los navajos se pueden encontrar en diversos sitios de Youtube. Por ejemplo, en este enlace.
  • Nota 3. En blog se recogen varios trabajos en los que se han utilizado datos visuales como fuente de investigación. En esta nota solo voy a enlazar a tres para que los lectores puedan hacerse una idea de las posibilidades que brindan este tipo de datos a la hora de investigar en temas de paisaje, urbanismo y ordenación del territorio. El primero, de febrero del año pasado se titula “Internet y análisis del paisaje”. El segundo, de octubre de 2013, que recoge un trabajo fin de máster de una de mis alumnas, Teresa Eiroa, lleva por título “Paisaje rural: imagen e identidad”. Y el tercero, el más antiguo, de febrero de 2012, también de otro de mis alumnos, Ignacio Bisbal: “Fotografía y creación del paisaje”.