Hacerse un selfi en la Puerta del Sol de Madrid elperiodico
Y muchas más cosas todas parecidas a las anteriores. Pero, claro, la fundamental es la de hacerse un selfi. La Puerta del Sol es la plaza más famosa de Madrid y, probablemente, una de las más famosas del mundo. No en vano en Google aparecen más de cincuenta y tres millones de resultados y páginas y páginas de imágenes. Hace unos años hicimos un trabajo para el Ayuntamiento sobre categorización de los espacios públicos de la ciudad que redacté en colaboración con Marian Simón y Nerea Morán. Y aunque el trabajo tiene ya más de ocho años lo recordé cuando, hace unos días, leí en la prensa que el nuevo gobierno municipal pretendía reformar (una vez más) la Puerta del Sol. Se organizó una controversia, claro. No porque se pretenda recuperar un proyecto del 2014 de los arquitectos Linazasoro y Sánchez ganador de un concurso del Colegio de Arquitectos, sino porque cada vez que se toca este espacio emblemático de Madrid los madrileños se suelen poner muy nerviosos.
El proyecto de Linazasoro y Sánchez de 2014 cerodosb
Lo cierto es que la Puerta del Sol no ha tenido demasiada suerte con las reformas que se han ido haciendo. Probablemente empezó siendo un mercado en la entrada más oriental a la cerca del Arrabal en tiempos de Felipe IV. Pero, como tal puerta, desaparece sobre 1570 debido al crecimiento de la Corte bajo el reinado de Felipe II. La plaza, más o menos como la conocemos hoy, tiene unos ciento cincuenta años. Pueden parecer muchos, pero los cambios que ha sufrido han sido también bastantes. Una de mis alumnas, Irene Rodríguez Lorite, precisamente a raíz del concurso al que me refería en el párrafo anterior, hizo un trabajo en el que intentaba centrarse en el tema de la evolución histórica de la vegetación en esta emblemática plaza (cuestión que aparece de forma recurrente). Y para ello se pueden diferenciar hasta cuatro períodos: 1622-1857 (carruajes), 1857-1950 (del carruaje al tranvía), 1950-2010 (del tranvía al automóvil), y 2010-actual: (del automóvil al peatón). Tal solo los nombres ya dan una idea de los grandes cambios que ha sufrido a lo largo del tiempo.
Plano de Teixeira de 1656 con la iglesia del Buen Suceso
y la fuente de la Mariblanca wikimedia commons
Y, sin embargo, año tras año lo que ha ido consolidando es su identificación como espacio simbólico de la ciudad. Para poder entender el análisis que sigue voy a recuperar el trabajo mencionado sobre categorización de espacios públicos que hicimos para el Ayuntamiento. Aunque también analizamos zonas verdes y calles, nos centramos básicamente en las plazas. Para ello estudiamos hasta 27 actividades que se podían realizar en ellas, registrándolas a diferentes horas del día y días de la semana y anotando el resultado sobre planos. También se pasó un cuestionario a los usuarios. Finalmente, con la información de todas las plazas, se realizó un análisis comparativo sobre la vitalidad, cantidad y caracterización de usuarios; la variedad de las prácticas registradas; y las características de los entornos de las plazas, datos a partir de los que se elaboraron las conclusiones. Las plazas seleccionadas lo fueron a partir de una muestra estratificada que abarcara la mayor cantidad posible de situaciones.
La Puerta del Sol, espacio de confrontación. El 15M infolibre
Todo ello nos permitió establecer una categorización de las diferentes plazas. Aunque el resultado es mucho más complejo, para este artículo me centraré tan solo en las funciones y luego en su clasificación en tres grandes grupos. A partir de estas variables en el trabajo se llegó a establecer toda una tipología basada en los conceptos de lugares y redes en la que ahora no voy a entrar. Pero sí voy a centrarme en la cuestión de las funciones. Decíamos en el trabajo que el espacio público ha tenido, tradicionalmente, cuatro funciones básicas. La primera sería la de confrontación. Ha sido tradicionalmente un lugar de conflicto. Conflicto entre distintas formas de entender la construcción de la ciudad, conflicto entre clases sociales, entre ideologías, entre formas distintas de poder. Todavía lo es hoy mismo cuando, por ejemplo, determinados colectivos se manifiestan para visualizar reivindicaciones más o menos concretas Esta función sigue manteniéndose de forma bastante clara y, probablemente deba continuar a pesar de las dificultades de normarla o estructurarla.
La Puerta del Sol, expresión popular, las doce campanadas tve
La segunda función sería la de expresión popular. En el espacio público se celebran las fiestas, se llevan a cabo determinados ritos sociales. Esta función se va perdiendo en muchos lugares y puesto que está directamente relacionada con los conceptos de identidad y pertenencia a una comunidad, significa que los pueblos van perdiendo de forma progresiva su identidad. La idea de identidad, el orgullo de pertenecer a una comunidad determinada es básica para el funcionamiento de la sociedad. Por tanto, la recuperación de esta función del espacio público que, progresivamente, ha ido perdiendo importancia frente a otras tales como la de tránsito resulta vital para un funcionamiento sano de una sociedad urbana. Normalmente la identidad va ligada a dos niveles diferentes que suelen corresponderse con ámbitos territoriales también distintos. Uno es la ciudad como un todo. Es decir, Madrid, la Puerta del Sol. Y el otro, determinados barrios con señas propias. Por ejemplo, Lavapiés. O Vallecas.
La seguridad, factor crítico en un espacio turístico elmundo
La tercera se correspondería con la socialización. La educación en la urbanidad es básica para el funcionamiento urbano. El aprendizaje en la convivencia con el otro es imprescindible, por ejemplo, para romper la espiral que se está produciendo entre seguridad y uso de calles, plazas y parques. Sin colaboración ciudadana resulta imposible (y además con unos costes que harían a la ciudad poco competitiva) la seguridad. La última, y más sencilla de entender, se corresponde con el tránsito. En algunos lugares del espacio público madrileño es casi la única que queda y, aún así, porque el ciudadano no tiene más remedio. Estas cuatro funciones (confrontación, expresión popular, socialización y tránsito) entiendo que deberían ser consideradas al proponer el diseño y construcción del espacio público y, en concreto, de las plazas. Para ello partimos de unas categorías que nos ayudarán, luego, a tipificar los espacios.
El levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid
La Puerta del Sol, espacio histórico memoriademadrid
La primera categoría se corresponde con los espacios simbólicos ejemplificados en aquellos con características históricas, los representativos relacionados con la actividad identitaria, los de reconocimiento que sirven para orientarse en la ciudad y las centralidades entendidas como intercambiadoras de flujos. Formarían otra categoría distinta los espacios que podríamos denominar de equipamiento. Es decir, aquellos que, de una forma u otra están destinados a alojar elementos de uso por parte de los ciudadanos. Los de ciudad serían aquellos de carácter excepcional al servicio esporádico de todos los ciudadanos. Los de barrio que constituirían el núcleo de los mismos. Y los de proximidad, que en el caso de las zonas verdes serían la célula que formaría el tejido verde. Y, para terminar, una serie de equipamientos menores de carácter complementario distribuidos por todo el espacio público en aquellos lugares donde fuera necesario, tales como bancos o papeleras.
La proclamación de la Segunda República en 1931
La Puerta del Sol, espacio histórico elpais
La última categoría considerada es la que con mayor profusión aparece en todos los planes de urbanismo, son los espacios que podríamos denominar de infraestructuras. Probablemente sean los que menos explicaciones requieran (excepto, probablemente, el caso de la llamada infraestructura verde que para la Puerta del Sol resulta irrelevante). Los diferentes tipos que se pueden considerar en esta categoría responden a muchos objetivos distintos. Entre otros, pueden distinguirse los siguientes: tránsito de vehículos, bicicletas, peatones, transporte público, verde, sistema hidráulico. Para el caso que nos ocupa los intercambiadores de transporte también tienen su interés y se podrían entender como una categoría compartida con los espacios simbólicos de intercambio de flujos sobre todo debido a la notoriedad de su salida a la plaza con esa forma tan especial y rotunda que la caracteriza.
La Puerta del Sol como infraestructura
Intercambiador de transporte esacademic
Pues bien, resulta evidente que la Puerta del Sol es, básicamente, un espacio simbólico. Y en menor medida, de infraestructura. Lo que no es, o lo es muy poquito, es un equipamiento. Y mucho menos un equipamiento de proximidad como intentan hacernos ver algunos. La Puerta del Sol ha sido escenario de conflictos y reivindicaciones. Desde los levantamientos del 2 de mayo contra los franceses hasta el 15-M, pasando por la proclamación de la República. Es también lugar de celebración. Dicen que desde que en 1909 un exceso de producción de uvas hizo que el Gobierno intentara ayudar a los agricultores potenciando que se tomaran en la última noche del año y se llenara la plaza, hasta su retransmisión por radio y, a partir de 1962, por televisión, la celebración se ha convertido en tradición. Y así, poco a poco, fue perdiendo importancia todo aquello que no estuviera relacionado con su consideración simbólica.
El turista, la foto y el oso con el madroño
La Puerta del Sol, espacio selfi epturismo
Es por eso que Sol se ha convertido en el lugar donde hacerse un selfi. En un espacio selfi. Y por eso mismo todo aquello que nos impida conseguir esa foto que luego se enviará por Whatsapp, que aparecerá en Facebook o Instagram, (o ese vídeo que se subirá a Youtube) debería ser eliminado. Soy consciente de lo que estoy diciendo y la condena que me caerá por haber hecho semejante afirmación. Pero, a día de hoy, es la función prioritaria de esta plaza.
Por supuesto que no tienen cabida ni los juegos de niños, ni los espacios verdes para solaz del paseante, ni bancos para establecer estrechas relaciones entre los habitantes cercanos, nada de esto. Espacios diáfanos para poder fotografiarnos con el fondo del oso y el madroño, o el reloj de Gobernación (lo siento, yo todavía lo llamo así). ¡Ah!, me olvidaba del anuncio de Tio Pepe. Como mucho, los poyetes al borde de las fuentes donde parar un minuto de arrastrar la maleta camino del piso turístico, de la pensión o del hotel. Aunque esto también sería bastante cuestionable (incluso las fuentes en un espacio selfi serían cuestionables).
Con Mickey o la Pantera Rosa, tópicos personajes madrileños
La Puerta del Sol, espacio selfi telemadrid
Lo del verde es también bastante absurdo. Tal y como dice Irene en las conclusiones del trabajo mencionado al comienzo, y después de haber hecho un estudio histórico bastante exhaustivo basado en planos y descripciones: “Volviendo a la hipótesis de partida planteada de ‘Escasa presencia a lo largo de la historia de elementos de vegetación en la emblemática Puerta del Sol’ podemos confirmar que se verifica la hipótesis a través de la investigación que se ha desarrollado. Parece que a pesar del carácter emblemático que tiene asignado dicho espacio no ha sido tradicional el encontrarse con elementos de vegetación a lo largo de la historia. Sin embargo, si que vemos una evolución desde el año 1950 por incluir vegetación, pero solo de modo ornamental, en ningún caso de modo funcional como elemento de sombra o reducción de CO2”. Además de todo lo que dice Irene, el hecho de que la práctica totalidad del subsuelo esté hueco lo dificulta. Pero, sobre todo: ¿qué pinta un árbol real (la escultura del madroño es otra cosa) a la hora de hacerme un selfi?
“Iglú” en línea entre el oso y el madroño y el reloj
La Puerta del Sol, epacio selfi minube
Sí, claro, la peatonalización total de la plaza está bien. Se evitan accidentes mientras tomas la foto o la envías a los familiares y conocidos a través del móvil. Los taxis y autobuses son incordios en cualquier composición fotográfica y, además, de esta forma consolidaríamos ya de forma definitiva la tendencia a conseguir que la plaza sea un auténtico decorado. Aunque hay que tener cuidado con los decorados. Todavía mucha gente recuerda la reforma de la plaza que en el año 1986 hicieron los arquitectos Riviere, Ortega y Capitel y sus famosas farolas modernas denominadas popularmente “supositorios” que, ante la ira popular, no resistieron demasiado tiempo siendo sustituidas por otras más tradicionales y en línea con su función de decorado urbano. Claro que la guinda la puso en el año 2009 la inauguración del intercambiador (uno de los más grandes del mundo) cuya conexión con la plaza se denomina popularmente “el iglú” cuya situación en la línea entre la escultura del oso y el madroño y el reloj dificulta la realización de fotografías sin que sea posible evitar su aparición. Bueno, dejo aquí el artículo porque acabo de darme cuenta de que no tengo ningún selfi en la Puerta del Sol de Madrid. Y eso es un pecado imperdonable por lo que salgo raudo a inmortalizarme.
- Nota.-Visto que no ha habido protestas por la eliminación de los comentarios y, efectivamente, los errores cometidos me los han señalado los lectores a través del correo electrónico (y ya han sido subsanados), mantengo su eliminación ya que ha significado una disminución importante de mi carga de trabajo en el mantenimiento del blog.
- Advertencia.-Este artículo ha sido redactado por un gallego y los gallegos se caracterizan por un cierto sentido del humor un tanto peculiar. Se suele conocer con el nombre de "retranca gallega". Pero que conste que el "espacio selfi" ha sido todo un descubrimiento digno de convertirse, antes o después, en tesis doctoral.