domingo, 13 de enero de 2008

Dos trabajos del curso de paisaje

En el semestre de invierno impartí junto con Javier Ruiz una asignatura de Paisaje en la Escuela de Arquitectura. Como ya indiqué en la entrada sobre “La Ceja del Atazar” en esta asignatura tratamos, básicamente, que el alumno sea capaz de valorar el territorio y analizar la influencia que tiene sobre el mismo la realización de un proyecto determinado. Para ello utilizamos el método “inverso”. Es decir, en lugar de que trabajen primero el territorio de forma exhaustiva, lo que hacen es plantear un proyecto con un conocimiento “normal” de ese territorio (el que suelen alcanzar en proyectos) y luego, en la segunda parte del curso, analizan el territorio en profundidad estudiando, por ejemplo, la calidad paisajística o la fragilidad. Por último hacen una reflexión sobre la incidencia que su trabajo tiene en ese territorio y, en su caso, lo modifican. Aunque proyectar no sea el objeto del curso lo cierto es que, probablemente debido a la escasa presión que ejercemos sobre el alumno, ya que siempre les aconsejamos que en esta parte del trabajo traten de divertirse, al final del proceso suelen aparecer ideas interesantes (algunas son locuras maravillosas) aunque, a veces, las instalaciones reales suelen superar los proyectos más "locos".

Cornelia Konrads, "Moment of decision", Lulea (Suecia)  Cornelia Konrads

De este semestre voy a publicar dos trabajos. Por desgracia los análisis de valoración y fragilidad escapan a la estructura y finalidad del blog por lo que algunos trabajos realmente buenos en estos aspectos no tienen cabida aquí. Pero sí las ideas sobre algunas de las instalaciones propuestas. Respecto al tema de los lugares donde “se inspiran” los alumnos para algunas de sus ideas, etc., no merece la pena repetir lo ya explicado en la entrada titulada “Reivindicación del color”.

Intervención en el Cerro de San Juan del Viso

Se trata de un trabajo del equipo formado por: Caroline Brochet, Raquel Durán y Michel Macedo. Aunque aquí sólo vamos a mostrar la intervención en un cerro cercano a la ciudad de Alcalá de Henares en Madrid, en realidad se trata de una actuación mayor que incluye la propia ciudad. Aparecen explícitas en la explicación las referencias a Chillida en Tindaya pero el proyecto tiene interés en sí mismo. Veamos su explicación tal y como aparece en el proyecto:

La propuesta comienza en la estación de trenes de Alcalá. Mediante un recorrido peatonal por las zonas más representativas de la ciudad, llegamos al río, de éste a las vegas y por último, tras un ascenso por la ladera, a la entrada de la montaña…

El Cerro testigo de San Juan del Viso


Proponemos un recorrido por el interior del Cerro donde lo importante es estar, pasear, sentir y contemplar las vistas, esas que ahora permanecen ocultas. El final del recorrido está en la cima pero, no es necesario subir hasta allí, es solamente un punto más.

Sección


La propuesta se forma a partir de 3 tipos de tubos: los que se recorren, los que se asoman al paisaje y también se recorren; y los de ascenso a cotas superiores.

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Los tubos, de diferentes materiales , colores y texturas, se asoman al paisaje y a la luz.

La Grieta de la Contaminación


En este caso el equipo estaba formado por Vanina Ballini, Ariadna Barrio, María Sainz y Cristina Vidal. Veamos la explicación del proyecto con frases entresacadas del mismo:

Madrid es una gran ciudad y como tal, sus habitantes se benefician de sus ventajas, pero… ¿quién sufre sus consecuencias?, ¿qué radio de influencia tienen estas consecuencias? La contaminación es un tema estudiado desde muchos campos: ecologistas, investigadores o políticos han elaborado extensos informes sobre las causas, consecuencias y alternativas a los distintos tipos de contaminación: acústica, electromagnética, lumínica… Nuestra propuesta es una forma de exponer esta problemática a través de una experiencia propia de estos tipos de contaminación. Esta exposición se materializaría en forma de visita, que sería especialmente atractiva durante la noche, pero que también puede tener interés durante el día. Para analizar las formas de contaminación de la ciudad de Madrid, es necesario alejarse varios kilómetros de ella, para tomar distancia y verlo como algo externo al lugar en el que nos encontramos. Por otro lado, buscando un lugar donde, junto a la contaminación ambiental y lumínica se pudieran dar otras formas de contaminación, nos acercamos a las proximidades del aeropuerto de Barajas, siguiendo los cables de la alta tensión, que nos van a incrementar la contaminación electromagnética.

Planta de situación
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Con este conjunto de premisas iniciales y tras un minucioso análisis de la zona, nos decantamos por la pendiente Suroeste de las pequeñas elevaciones sobre las que se sitúa el municipio de Paracuellos del Jarama. Más concretamente a las afueras del pueblo, en su parte más occidental. Este borde está parcialmente tratado con un pequeño parque que termina en mirador. Como ya hemos explicado en el apartado dedicado a lugar, en esta zona tiene parada la principal línea que, cada 15 minutos conecta con Madrid, así mismo, se encuentra en la fase final de construcción un aparcamiento subterráneo. Su proximidad a Madrid y la accesibilidad mediante el transporte público, lo convierten en un lugar idóneo para nuestro propósito. La gruta-mirador materializa un recorrido y sirve de guía, de centro de interpretación de lo que se va a ver, oír y sentir:

Sala de las cámaras de infrarrojos

La contaminación lumínica (noche) o el hongo de contaminación atmosférica que envuelve a Madrid (día). Lo que se ve y lo que se debería ver (comparación con un cielo despejado o la imagen de la ciudad en un día en el que el viento o la lluvia hayan bajado los niveles de contaminación).

La sala del ruido

El ruido de los aviones, la influencia en el comportamiento de las aves. Quizá para este momento, la gruta podría cerrarse en por todos sus lados, encerrando al visitante en un espacio oscuro con el potente ruido de los aviones.

Enmarque de la red de torres y cables

La contaminación electromagnética. Este sería el punto fuerte del recorrido. En la explanada final del recorrido encontramos un gran número de torres y cables de alta tensión, aquí planteamos una instalación de fluorescentes (que se iluminan con solo la energía que desprenden los cables) y cámaras de infrarrojos. Los visitantes que han sido guiados a través del recorrido, desembarcan en una explanada en la que puedan interactuar con la exposición, caminando alrededor de los fluorescentes, viendo cómo estos se apagan a su paso…