domingo, 2 de octubre de 2011

Coderch, Alejandro de la Sota y la Ciudad Astur

En los dos últimos viernes he estado en tribunales de tesis doctorales. Tesis muy diferentes entre sí y que probablemente marquen los límites de mi “zona de intereses” que, como podrá verse, son bastante amplios. La lectura de la primera ha sido en Barcelona y la segunda en Oviedo. He pasado en siete días de El exterior como prolongación de la casa (Los espacios intersticiales en clave tipológica, a través de dos obras de Coderch y De la Sota) a La sostenibilidad del crecimiento residencial de baja densidad. El caso del área metropolitana de Asturias. El autor de la primera ha sido Andrés Martínez y sus directores Carlos Martí y Víctor Brosa y se leyó en el departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Universitat Politècnica de Catalunya. El tribunal, los directores y el doctorando éramos arquitectos. Cristóbal Manuel Carrero de Roa es el autor de la segunda, su director Fermín Rodríguez, y se leyó en el Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo. Todos geógrafos menos el doctorando y yo que éramos arquitectos. Ha sido maravilloso. Una de esas experiencias que me ratifican en la necesidad que tiene la investigación de ampliar el estrecho campo de visión de las áreas de conocimiento cerradas.

Coderch, Casa Gili, terraza, porche y vestíbulo. Tesis de AM

Reconozco que, como algunos de los seres extravagantes que me acompañan en el viaje del urbanismo y la ordenación del territorio, soy un privilegiado. El poder poner uno al lado del otro, casi sin solución de continuidad (una semana es un instante), el espacio exterior de la casa y la forma en la que está organizado el territorio de la parte central de Asturias, a algunos les puede parecer una locura. Y todavía más si explico que ambos trabajos representan dos enfoques de investigación diametralmente opuestos. Pero, desde mi punto de vista, esto no es más que un indicador de la convergencia que en el momento actual se está produciendo en el campo de la organización del espacio, sea territorial, arquitectónico o urbano y en la necesidad de reconsiderar las formas de investigarlo. Como espectador de ambas me sentí afortunado. Amo este trabajo que me permite relacionarme con gente que piensa sobre un tema que me apasiona y que no es otro que tratar de comprender la lógica (o la ilógica) de la organización del espacio en el que nos movemos o que, simplemente, contemplamos, y la mecánica de la disposición de las cosas.

Urbanización costera en Villaviciosa. Tesis de CMC

Decía Cristóbal Manuel en la explicación del largo camino que le había conducido a intentar averiguar qué sucedía con el proceso de suburbanización dispersa en la zona central de Asturias (escribo en el tren de vuelta a Madrid desde Oviedo, de memoria, espero recoger más o menos fielmente sus palabras): un día miré por la ventana de mi casa y lo que ví me hizo preguntarme a qué podía deberse esa aparente locura que pautaba la forma de asentarse la población que me rodeaba y la localización de mi propia casa. El intento de buscar una respuesta fue lo que le llevó a dedicar bastantes años a trabajar con datos georreferenciados, estadísticas, inventar técnicas para calcular densidades allí donde no pudo encontrar información, o tratar de delimitar un ámbito de estudio que pasó del espacio exterior que abarcaba su mirada hasta los 880.000 habitantes del área distribuidos en 34 concejos y 244 parroquias. Espacio que denominó área metropolitana de Asturias y que coincide más o menos con lo que su director Fermín Rodríguez (que también lo es de CeCodet) llama la Ciudad Astur.


De la Sota, casa Guzmán, ventana en esquina. Tesis de AM

Andrés miró también a través de las grandes cristaleras de la casa Gili de José Antonio Coderch, y de los ventanales en esquina de la casa Guzmán de Alejandro de la Sota volcados al paisaje del Jarama, y decidió intentar explicar esta mirada exclusivamente en clave de dentro afuera. Dicen al comienzo de la tesis: "Hablar de espacios intermedios entre el ámbito doméstico y el mundo exterior supone necesariamente considerar ambas direcciones: la casa busca fuera un necesario desahogo, una línea de fuga, una continuidad que sirva de contrapunto a su carácter eminentemente introvertido. Pero ¡cuidado!, en esa búsqueda no deberá perder su bien más preciado, que es la privacidad. A su vez, el entorno que la rodea trata en todo momento de introducirse en ella: lo intentará la naturaleza del jardín, que tiende a invadirla; lo hará (por supuesto) la luz; también el paso de las estaciones, o el ruido de la calle. Son cosas, algunas, de las que el interior deberá protegerse, y otras que deberá aprovechar; muchas (las que más) las utilizará en mayor o menor medida según la hora, la estación del año, o el ánimo de quien la habita. Pero haber escogido para el título, de las dos direcciones posibles, la de dentro hacia afuera, supone ya implícitamente una toma de posición sobre lo que considero debe de ser la arquitectura en sí misma, y la de la vivienda en particular".

Coderch, atrio de la casa Gili en 1973. Tesis de AM

Pero decía antes que no se trataba solamente de ámbitos distintos sino también que las metodologías de investigación respondían a posturas vitales, intelectuales y científicas aparentemente irreconciliables. Dice Andrés en su tesis: "A raíz de esa vinculación entre técnica y forma arquitectónica (en que puso tanto énfasis el Movimiento Moderno, y según la cual se pueden explicar los nuevos tipos de edificios que generó –Giedion-), es interesante volver a preguntarse cuál es el sitio real que debe ocupar nuestra disciplina, la arquitectura, en el viejo debate que siempre ha enfrentado a la ciencia con las humanidades. Aunque considera que dicha polémica le resulta algo pesada, Popper nos aclara que la principal diferencia entre una y otras reside en que las humanidades tienen como objetivo comprender al hombre, y no a la naturaleza, que es el objeto de la ciencia. Los dos enfoques compartirían, no obstante, un método común basado en la resolución de problemas a través de la formulación de conjeturas; en ambos, la comprensión se basaría en nuestro carácter humano común, que viene dado por una especie de identificación intuitiva con los demás hombres, mediante la ayuda de los gestos y el habla. Por eso, para él, el concepto de teoría en las humanidades es equivocado y proviene bien de una ilusión vanidosa, bien de una apropiación indebida del campo de las ciencias. Es más, constituiría una confusión básica, un "error de estrategias" (entendido en el sentido de la metafísica clásica), puesto que la teoría tiene que satisfacer dos criterios, que son la verificabilidad y refutabilidad por medio del experimento y aplicación predictiva. Pero ni en arte ni en poética (tampoco, añado yo, en arquitectura) existen experimentos decisivos, no puede haber conclusiones verificables que impliquen consecuencias predecibles".

Fotomontaje con la primera propuesta para la casa Guzmán. Tesis de AM

Casi nada. Esta polémica en las llamadas ciencias sociales es casi tan antigua como su misma denominación. Y la toma de postura en esta cuestión implica muchas cosas. Pero, desde un punto de vista práctico, pienso que depende, esencialmente, de dos cosas. La primera, personal del investigador, tiene que ver con su postura vital y su carácter y, casi siempre, es difícilmente explicable. Pero la segunda depende del objeto sobre el que apunta la mirada. Es muy difícil (aunque no imposible) sentir, emocionarse, tratar de transmitir las vivencias que producen en la mente del observador territorios que abarcan más de doscientas parroquias con una población cercana a los novecientos mil habitantes. De forma que el planteamiento metodológico de Cristóbal Manuel es, digamos, más clásico. Entiende que la realidad puede ser medida, cuantificada, modelizada y, por tanto, aprehendida mediante métodos y técnicas más cuantitativas. Pero es que, claro, cuando se cambia la escala y las personas son apenas puntos o literalmente desaparecen en una fotografía aérea, perdemos los referentes humanos y nuestras habilidades perceptivas se vuelven incapaces de dar una respuesta coherente. La mirada tiende a volverse más teórica, más matemática. La mente necesita muletas para analizar una realidad que no se ve con los ojos, que no se siente al andar o al respirar. Es el momento de los modelos, de las teorías. De la verificación analítica.

Delimitación del área de estudio. Tesis de CMC
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Debo confesar que durante muchos años no entendía la investigación más que de esta forma. Es decir, intentando refutar teorías abstractas mediante métodos pautados y perfectamente establecidos. También debo de confesar que durante todo este tiempo siempre he tenido soterrado (ahí, recomiéndome por dentro) el asunto del método heurístico y la anécdota de Arquímedes corriendo desnudo y gritando ¡eureka! por las calles de Siracusa. Comprendo que ambas cosas no son incompatibles y que no hay que confundir la producción de la idea y la comprobación de su validez o las posibilidades de que sea refutada. Y sin embargo… Prefiero no meterme en jardines laberínticos de los que luego seguramente no podré salir, pero si atendemos a lo que nos dice la física cuántica por el mero hecho de existir un observador el objeto observado ¡puede estar en dos lugares a la vez lo que permite teletransportarlo (si eres un fotón, claro)! Me doy cuenta de que esto me desarma pero también me desarma que el tren antes de llegar a León tenga que ir a una vía muerta, retroceder unos kilómetros a la estación, entrar hacia atrás y luego continuar hacia delante como si tal cosa, en lugar de que ¿alguien? lo observe y pueda teletransportarlo de Oviedo a Madrid con una mirada. Comprendo que no somos fotones pero en algunos momentos me gustaría. Probablemente exista una razón para que haga esto que está haciendo, me refiero al tren, y que no me teletransporte sino que cargue conmigo (y con unos cuantos viajeros más) pero a estas horas de la tarde noche se me escapa. Lo que en realidad quería decir es que la aproximación del observador al objeto observado se puede hacer por caminos muy diferentes. Pero el problema no lo veo ahí sino en la comunicación a los demás de lo observado y en la constatación de que el otro es capaz de ver el objeto con los mismos ojos que uno si le damos una serie de pautas para que lo haga.

Cálculo de la superficie edificación residencial. Tesis de CMC

En toda investigación “científica” siempre hay una parte que se da por supuesta y a la que se le concede poca importancia. Suele llamarse hipótesis. Por desgracia es la base fundamental de la investigación y no existen pautas, reglas ni métodos que racionalicen la “producción” de hipótesis. Es de largo, la parte más difícil de toda investigación y, por supuesto, de una tesis doctoral. Sin embargo los investigadores, poco a poco han ido devaluando esta parte, restándole importancia y dándosela al tándem verificación-refutación (depende de los enfoques). Probablemente sea porque esta segunda parte de toda investigación sí se puede pautar y regular. De forma que cualquier persona medianamente inteligente, trabajadora y que se ciña al procedimiento científico puede completarla con una probabilidad de éxito bastante alta. El “profesional de la investigación” tiene que conocer y poner en práctica estos procedimientos. Eso se da por supuesto. Y es lo que se valora en cualquier trabajo de investigación incluida una tesis doctoral. Planteamos una hipótesis (eso es lo de menos) con la condición de que sea “falsable”, horrible palabreja que dice simplemente que se puede poner a prueba. Y luego la ponemos a prueba. El sistema consiste en ir refutando sucesivas hipótesis para ir acercándonos a “la verdad”. Y así avanza la ciencia. El procedimiento ya puede comprenderse que es muy poco eficiente a menos que demos con una hipótesis que se pueda poner a prueba tan cercana a la verdad que resista uno tras otro todos los intentos de refutación. Pero aún en ese caso, tampoco tenemos ninguna seguridad de nada y seguiremos intentando tirar dardos refutatorios que derriben la teoría. Simplemente se va manteniendo ahí como un record de los 100 metros lisos aparentemente insuperable pero que, cualquier día, alguien superará.

Modelo comparativo de residencial en el no urbanizable. Tesis de CMC
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Todo parte, claro está, de la suposición de que existe “una verdad” que se sobrentiende somos capaces de encontrar por aproximaciones sucesivas. También presupone que “la realidad” es algo “objetivo”, exterior al sujeto que observa, y que se refiere a las cosas “del mundo”. El problema es cuando trabajamos con cuestiones relativas a las llamadas humanidades. En este caso ya no está tan claro que exista “un mundo” que se pueda describir con “objetividad” y que nos permita aproximarnos a “la realidad” o acercarnos a “la verdad”. Siento las comillas pero si quiero que esto tenga una extensión razonable necesariamente he de recurrir a imágenes para ir directamente a la esencia de la cosa aunque pierda casi todos los matices por el camino e incurra en errores evidentes al generalizar lo no generalizable. Sin embargo, si conseguimos describir lo que observamos de forma que el otro sea capaz de realizar el mismo camino, resulta indiferente que se trate de la verdad o de una verdad. El problema es que resulta imprescindible utilizar la razón que es el único instrumento que garantiza mínimamente que dos mentes lleguen al mismo sitio. No se pueden utilizar otros instrumentos igual de humanos como el amor, el miedo o la emoción (instrumentos que suele utilizar la poética, por ejemplo) porque no hay garantías de que nos permitan ver de la misma forma. Pero la razón no siempre tiene porque recurrir al método científico para conducir al otro en la dirección en la que hemos avanzado. Además, desde que comprendí el experimento de la doble rendija y todas sus implicaciones me he vuelto mucho más tolerante con los métodos de investigación.

Casa Gili, jardín y el olivo que sustituyó a la higuera, 1987. Tesis AM

El tren se va acercando a Madrid y ya va siendo hora de que lo deje. El lunes tengo hablarles a los alumnos del postgrado de nuestro departamento sobre cómo investigar en algunos de los temas que me interesan (y que interesan probablemente también a otros lectores de este blog) y me gustaría que este artículo me sirviera como sistema para desencadenar un debate en clase. Tengo muchas preguntas y pocas contestaciones ¿Es posible que existan procedimientos alternativos al método científico para investigar razonablemente acerca de cuestiones relativas a la arquitectura, el urbanismo o el paisaje? ¿en qué casos sería conveniente utilizar el método científico en estas áreas del conocimiento? ¿se le da toda la importancia que se debería al planteamiento de hipótesis? ¿la investigación mediante el método científico se ha convertido en un oficio como el de fontanero o albañil (es decir, que simplemente se aprende y se aplican unas reglas aunque luego unos lo hagan algo mejor que otros? ¿los investigadores se comportan como una especie de secta que implica el conocimiento de unas reglas, el sometimiento a un procedimiento de iniciación y a unas pautas de comportamiento? ¿se trata de un negocio basado en el corporativismo en el que no importan el beneficio social, la creatividad o la eficiencia? ¿existe un código ético basado en la responsabilidad moral o social del investigador?

Viviendas construidas en el no urbanizable entre 1997-2004. Tesis CMC

Ahora sí que ya termino. Sólo me queda destacar la parte de las conclusiones de ambas tesis que, personalmente, más me han interesado. Me doy cuenta que ni tan siquiera he explicado de que tratan ambos trabajos (que, por cierto, y en esto se parecen, cuentan con un apartado gráfico, cartográfico y documental extraordinario) pero tengo casi la seguridad de que se van a publicar y podréis leerlos. Cristóbal Manuel Carrero dice en el suyo "El espacio suburbano metropolitano asturiano no responde a una colonización ex novo de grandes áreas abiertas de dominante rural, sino a la transformación de un complejo sistema de poblamiento tradicional existente de base agraria, y este hecho determina la singularidad de la morfología de la ocupación residencial en relación con otras áreas metropolitanas españolas". Esta constatación de la singularidad del proceso y el hecho de que, al final, el sistema y las formas de asentamiento sean convergentes independientemente de la manera en la que se han producido, resulta relevante para fortalecer una hipótesis que estoy tratando de concretar hace ya algún tiempo. Tengo el convencimiento de que la organización de las áreas urbanas en todo el mundo (incluso la forma) en el momento actual es prácticamente idéntica, independientemente del proceso que ha conducido a su establecimiento, sea planificado o no, partiendo de realidades, territorios, países y culturas diferentes. Incluso con legislaciones y formas de gobierno que se podrían calificar de antagónicas. También tengo unos ciertos barruntos de las causas pero ahora no es el momento de plantearlo.

Secciones comparadas de las casas Gili y Guzmán. Tesis AM
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Como las conclusiones de la tesis de Andrés no se parecen demasiado a unas conclusiones tradicionales voy a reproducir un párrafo de las mismas que, en realidad es un conjunto de citas, y que, en cierta medida permiten atizar el fuego de la investigación en arquitectura y urbanismo. Pero antes, para que pueda entenderse el significado voy a reproducir los títulos de los cuatro capítulos que organizan la tesis: Capítulo 1. El exterior como prolongación de la casa (hipótesis). Capítulo 2. La casa Gili (refutación de la hipótesis –primera parte-). Capítulo 3. La casa Guzmán (refutación de la hipótesis –segunda parte-). Capítulo 4. Cruces y proyecciones (verificación de la hipótesis). El párrafo es el siguiente: "Si algo se sentía Bolaño era latinoamericano, que es lo más parecido a una no-pertenencia; Nabokov, ruso exiliado a Norteamérica, llegó a escribir: 'me parece que no pertenezco a ningún continente definido. Soy una plumilla de bádminton volando sobre el Atlántico, y vieran [sic] qué hermoso y azul es mi cielo privado'. Borges, argentino pero anglófilo, que 'cabe sospechar que no hay un universo en el sentido orgánico unificador que tiene esa ambiciosa palabra'. Octavio Paz, mexicano profundamente viajado, defendió que 'Algunos quieren cambiar el mundo / Otros leerlo / Nosotros queremos hablar con él'. Ernesto Nathan Rogers, arquitecto, italiano, y judío perseguido durante la guerra mundial, que 'la vida hay que realizarla no como una sucesión de acciones reacciones, sino como un perpetuarse de causas activas (...). Empresa sobrehumana e inhumana, pero por tanto profundamente humana'. Todos ellos, grandes artistas, no tuvieron empacho en enfrentarse a eso que Bolaño llamó '(...) los combates de verdad, en donde los grandes maestros luchan contra aquello, ese aquello que nos atemoriza a todos, ese aquello que acoquina y encacha, y hay sangre y heridas mortales y fetidez".

Por cierto, ambas tesis obtuvieron sobresaliente “cum laude”. Mi más sincera enhorabuena a sus autores y a los directores.


Datos:

Tesis: El exterior como prolongación de la casa. Los espacios intersticiales en clave tipológica, a través de dos obras de Coderch y De la Sota.
Autor: Andrés Martínez
Directores: Carlos Martí y Víctor Brosa
Universidad: Politècnica de Cataluyna
Departamento: Proyectos Arquitectónicos
Tribunal: Félix Solaguren-Beascoa, Moisés Gallego, José Fariña, Antonio Barrionuevo y Víctor Olmos
Fecha de lectura: 23 de septiembre de 2011
 
Tesis: La sostenibilidad del crecimiento residencial en baja densidad. El caso del área metropolitana de Asturias.
Autor: Cristóbal Manuel Carrero de Roa
Director: Fermín Rodríguez
Universidad: Oviedo
Departamento: Geografía
Tribunal: Tomás Cortizo, Ramón Alvargonzález, José Fariña, Oriol Nel-lo y José-León García.
Fecha de lectura: 30 de septiembre de 2011