Zorrozaurre, entre la ría y el canal
Del libro de José Miguel Llano D Bilbao. Olabeaga Ribera/Zorrozaurre
Debo de reconocer que, para mí, el descubrimiento de Zorrozaurre, y también del barrio de Olabeaga, ha cambiado la imagen que tenía de Bilbao. No sólo del Bilbao de hoy, sino también del Bilbao que conocí en las visitas de mi juventud y en el que “nunca viviría” porque, en aquellos momentos, me parecía un lugar inhabitable. A lo largo del artículo trataré de explicar por qué me parece tan importante lo que sucede en Zorrozaurre para calibrar si, de verdad, Bilbao empieza a moverse con parámetros que se corresponden con la ciudad que necesita un mundo en crisis sistémica, o sigue anclado en el modelo que le sirvió para renovarse y avanzar, y que ahora pretenden imitar tantas ciudades en el mundo, aunque este planteamiento tenga un futuro bastante incierto. Es decir, de qué forma responde (esta ciudad que siempre se está reinventando) a una de las mayores crisis por las que ha pasado la relación entre la ciudad y la naturaleza que la sustenta.
1960, el canal de Deusto todavía sin abrir gestora
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Pero antes resulta imprescindible contar algo sobre la historia y desarrollo de Zorrozaurre. Con la anexión de Begoña, Deusto y, de forma parcial, Erandio, en el año 1929 se redacta el proyecto de extensión urbana de la Villa de Bilbao donde surge la idea de abrir un canal para ampliar las posibilidades marítimas y comerciales. El canal ya aparece dibujado en el Plan Comarcal de Bidagor, aunque no tal y como finalmente se construyó orientado hacia la margen derecha. Las obras del canal no empiezan hasta 1950 y se pone en funcionamiento como dársena en el año 1968. Estuvo operativo hasta febrero del 2006. Los barrios de Olabeaga y Zorrozaure, frente a frente, constituyen (según Vivas) “un espacio común que alberga gran parte de la memoria industrial, marítima y portuaria de Bilbao”. El nombre de Olabeaga (Noruega) se relaciona con los marineros noruegos que traían el bacalao pero también con las pocas horas de sol del barrio debido a su situación topográfica.
1997, todavía una península gestora
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Ahora no es el momento de tratar los dos barrios, pero puede leerse el trabajo de Isusko Vivas mencionado en las notas si se desea una visión conjunta. El actual nombre de Zorrozaurre (Zorrotzaurre en euskera) proviene de Zorroza barrio que está situado al otro lado de la ría y aurre que significa “enfrente”. Designa a la península que ha quedado entre la ría del Nervión y el canal cuya construcción, en principio, trajo un aparente impulso y luego la degradación de la zona. Este canal, el canal de Deusto, hasta el día de hoy no se ha terminado en su totalidad, quedando convertido en una especie de dársena. De forma a que Zorrozaurre se le puede aplicar la expresión de la “isla que nunca fue” según el título del libro de Robert porque, en realidad, es una península. Por ahora, porque casi con toda seguridad, más bien temprano que tarde llegará a convertirse en isla.
2016, las obras y el puente Ghery funcionando gestora
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Y digo más bien temprano que tarde porque las obras para su conversión en isla parecen imparables. Ya está en funcionamiento el puente Frank Ghery (del que, en realidad, no es autor) conexión imprescindible para no colapsar la zona y la maquinaria parece que se ha puesto en marcha. Incluso para la primera promoción de vivienda nueva en San Ignacio y Deusto, la sede del IDOM y la clínica de IMQ, todo en la otra orilla del futuro canal. Las razones de la conversión de península en isla parecen basarse en el peligro de inundaciones, pero ni tan siquiera esto está exento de polémica ya que al tratarse de una ría no sólo hay que considerar el flujo hacia el mar sino también el problema de las mareas y del aumento del nivel por el cambio climático. Como siempre ya me he pasado bastante tratando de contextualizar, pero a partir de ahora ya me centro en el tema que no es otro que la respuesta que se está intentando dar al problema de tomar decisiones en momentos de crisis.
El área se convirtió, poco a poco, en un lugar degradado gestora
Y para ello es imprescindible explicar un poco como ha ido evolucionando la zona. En sus comienzos era una llanura dedicada a la agricultura, sobre todo huertas donde se cultivaban los célebres tomates de Deusto, pero ya en la época de Franco se convirtió en una zona industrial y se excavó el canal al que me he referido al comienzo. El canal trataba de conectar el astillero Euskalduna con el mar y muchos de los vecinos de entonces fueron desplazados a la orilla sombría de Olabeaga (Noruega) para poder realizar la obra. Pero el canal nunca se terminó y el área se convirtió, poco a poco, en una zona degradada de la ciudad con algunas industrias y medio centenar de vecinos que habitaban esta extraña península artificial. Después de la crisis de los ochenta, Bilbao tomó impulso y se convirtió en el paradigma de una ciudad de éxito basada en grandes actuaciones proyectadas por firmas de renombre: Foster, Gerhy, Calatrava.
Un objeto de deseo del negocio inmobiliario gestora
Medio oculta en un limbo obscurecido por las luces de una ciudad proyectada al mundo, Zorrozaurre permanecía invisible. Pero solo era cuestión de tiempo que las grandes empresas se fijaran en aquel trozo de Bilbao situado en un lugar excepcional en el que parecía bastante sencillo hacer un negocio multimillonario. Así lo cuenta Robert en su libro: “En 2002 los principales dueños de los terrenos de la península, empresas constructoras y representantes de diversos niveles gubernamentales, se juntaron para formar una Comisión Gestora para el desarrollo de Zorrozaurre. No hubo ninguna mascarada de consulta pública. El poder y el dinero tenían una cita y no querían acompañantes. Pronto la Comisión Gestora anunció que la nueva hada madrina de Zorrazaurre sería la arquitecta superestrella de renombre internacional y ganadora del premio Pritzker: Zaha Hadid. Ella agitaría su varita mágica y haría aparecer un Master Plan para la península, transformando las fábricas abandonadas y las casas degradadas en un Manhattan de brillantes rascacielos de lujo”.
Algunos vecinos intentaban un Zorrozaurre habitable asociacion
Efectivamente, a finales de octubre del 2004 Zaha Hadid da a conocer un plan que plantea convertir Zorrozaurre en una isla con diez puentes, viviendas, oficinas y servicios culturales, proponiendo además la rehabilitación de algunos edificios. A la vez, se presenta la Comisión Gestora de la que formaban parte el Ayuntamiento, la Diputación, el puerto y algunas empresas constructoras. Durante los años siguientes la situación pasa por diferentes alternativas: que si isla, que si península, que si un enorme desagüe submarino para evitar las inundaciones, que si presiones de los residentes, que si la autoridad portuaria libera los muelles… En fin, no se sabe muy bien en qué acabará todo. Pero todo acaba en un nuevo proyecto de Zaha Hadid que en 2007 presenta un plan modificado asumiendo algunas de las propuestas de la Comisión Gestora en las que influyeron de forma determinante (como se reseña dos párrafos más adelante) la movilización ciudadana, los procesos de participación y el Foro para un Zorroarurre Sostenible. Después de un informe bastante contundente del gobierno vasco también se apuesta por su conversión en una isla.
Masterplan de Zorrozaurre ZahaHadid
El proyecto de Zaha Hadid se puede consultar en muchos sitios por eso no le voy a dedicar demasiado espacio. Diferencia tres zonas de actuación: distrito sur, centro y norte. El sur con edificación intensiva de oficinas y viviendas; el centro basado en los edificios históricos existentes y lugar de las artes, los deportes y las ciencias; y el norte de un carácter residencial y de pequeños negocios. Desde mi punto de vista no tiene demasiado interés (podría situarse igualmente en Dubai, en Astaná o en Madrid) pero me sirve de contrapunto a lo que trataré de explicar al terminar con el relato "oficial". En el año 2012 se aprueba el Plan Especial de Zorrozaurre dividido en dos actuaciones integradas, la primera de las cuales se divide a su vez en dos unidades de ejecución. A finales de 2013 se constituye la Junta de Concertación de la primera de estas unidades correspondiente a la actuación integrada número 1, y a principios de 2016 se aprueba el proyecto de reparcelación.
Imagen de lo que se supone será en el futuro gestora
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Desde que en el año 2002 se organizó la Comisión Gestora hasta hoy han pasado catorce años. Catorce años son muchos años en un mundo cambiante como el actual. Sobre todo si, en medio, situamos una crisis financiera muy importante y que ha afectado de forma determinante a la construcción en este país y en algunos otros. Y, además, el relato “oficial” de los hechos que he descrito en párrafos anteriores no está completo. Falta la otra cara de la moneda que es la que he podido encontrar en el libro de Robert Alcook. Los tiempos de confusión entre el plan de Zaha Hadid de 2004 y la modificación del 2007 los describe de la siguiente manera: “…los residentes mantuvieron la presión para modificar el plan y hacer que su barrio también fuese habitable. Hicieron llamadas telefónicas, organizaron excursiones en barco y talleres algunos de ellos incluso con la participación activa de representantes de la Comisión Gestora, hablaron con la prensa, presentaron aportaciones y alegaciones.”
La presión de los residentes asociacion
Esta movilización ciudadana se acompañó de otras cuestiones colaterales al plan. Hubo quejas de los vecinos afectados del otro lado de la ría, los suelos industriales resultaron estar bastante más contaminados de lo que parecía, se dieron a conocer nuevos datos sobre inundaciones y aumento del nivel del mar. Dice Robert: “Era cada vez más difícil ignorar el hecho de que Zorrozaurre era un lugar en sí mismo, no un lienzo en blanco para la maestría de Zaha Hadid”. No voy tampoco a incidir más en el relato de los afectados, sobre todo porque se puede leer en el magnífico libro de Robert. Pero no me puedo resistir a comentar que le da una gran importancia a la presentación en Bilbao de una actualización del informe del Club de Roma Los límites del crecimiento por parte de Dennis Meadows que lleva por título 30 años después y a la reacción del público (entre los que estaba Pablo Otaola, actual gerente de la Comisión Gestora) a favor de la posibilidad de una transición voluntaria hacia la sostenibilidad.
Edificaremos sueños asociacion
Bien ¿en qué situación se encuentra Zorrozaurre en estos momentos? Como dije al principio de este artículo (que se está volviendo demasiado largo) las máquinas ya están convirtiendo la dársena en canal y la península en isla. “Mientras” el puente Gerhy permite la unión entre una parte y otra, y la complicada maquinaria urbanística está en marcha con el proyecto aprobado de reparcelación de la primera unidad de ejecución de la actuación integrada 1. Han pasado catorce años para que se empiece a definir parcialmente el futuro de esta área urbana de Bilbao ¿Cuántos pasarán hasta que se consolide con una solución más o menos definitiva? ¿Cuántos cambios se producirán hasta entonces? ¿Qué nuevos requisitos impondrán las condiciones de contorno nacionales, internacionales y planetarias? ¿Y mientras tanto, qué? Al principio del párrafo he entrecomillado la palabra “mientras” porque es la palabra que le gusta usar a Pablo Otaola cuando habla del futuro de Zorrozaurre.
Uno de los primeros edificios rehabilitados ketari
Parece que la propuesta del "mientras tanto" es la más adecuada. En un reciente programa de TVE2 dedicado a Zorrozaurre no sólo se utiliza el “mientras tanto”, sino también “en tránsito”, “provisional”, “temporal”. Todo esto tiene que ver con la respuesta que suelo dar cuando me preguntan cómo hay que planificar en una situación de crisis cuando no se sabe muy bien qué va a venir. Suelo contestar: “no hacer nada irreversible”. Probablemente dentro de treinta años, cuando Zorrozaurre sea distinto a lo que es ahora (o no) hayan pasado cosas importantes. De hecho ya están pasando: las crisis financieras, los problemas con las migraciones, el cambio climático. No son más que indicadores de que un cambio muy profundo se está produciendo en el planeta y que está relacionado con un problema de fondo que no es más que una crisis ecológica. Y en Zorrozaurre, con buen criterio, han decido tomarse las cosas con tranquilidad pero sin dejar abandonados a su suerte a unos vecinos muy combativos.
Isla creativa gestora
En el programa que he mencionado anteriormente, Pablo Otaola habla de tres elementos básicos que deberían presidir la propuesta: mantener a los residentes, reutilizar los viejos edificios industriales no sólo como memoria histórica de la ciudad sino como principio de sostenibilidad, y la llamada “isla creativa”. Los dos primeros criterios se dan por descontados. A día de hoy es difícil defender una operación de regeneración urbana mediante el viejo sistema de expulsar a los residentes que normalmente constituyen un tejido social complejo y sustituirlos por una capa de monocultivo económico-social. Eso, que se ha hecho hasta ahora en muchas operaciones de este tipo se ha constatado que es algo fuera de la lógica del siglo XXI. Y lo mismo pasa con la reutilización de lo ya construido. La premisa debería ser: poner en carga todo lo existente y no urbanizar ni una hectárea más a menos que sea imprescindible. Y poner en carga significa darle uso. Donde está la novedad es en el tercer criterio.
La Haceria spaceson
Del tiempo en el que nadie se ocupaba de Zorrozaurre, Robert nos cuenta que: “También hubo una pequeña fundación para el arte en el barrio, la Haceria, un espacio para eventos de teatro, música y arte plástica, que atraía a gente de fuera más que a los vecinos. Luego estaban los okupas que vivían en media docena de edificios, incluyendo una fábrica de toldos en desuso al inicio de la península. Sus grafitis hablaban de los Incas, una tribu punk definida por ideales de libertad, anarquía y resistencia”. Eran las semillas de lo que luego las instituciones iban a aprovechar para organizar una forma un tanto peculiar de dotar de actividad a la zona: Zorrotzaurre Art Work in Progress (proyecto ZAWP) que surgió con el apoyo del gobierno vasco con el objetivo de generar actividades artísticas y creativas “mientras” avanzaba la modernización del barrio. Según la web de la Comisión Gestora “se trataba de realizar actuaciones en el ‘mientras tanto’ utilizando para las actividades creativas naves industriales desocupadas que cobraban así una nueva vida”.
ZAWP Bilbao gestora
Es en este reconocimiento de la provisionalidad donde reside, desde mi punto de vista, el interés de la propuesta. Por ser provisional hasta es provisional el BAZAWP, una tienda efímera donde los nuevos creadores pueden vender sus productos durante un tiempo limitado. Este “mientras tanto” no significa que en el futuro no se vaya a consolidar la isla como un lugar de creación. Sencillamente, no se sabe. Pero en tanto se fijan los parámetros de lo que seguro será un nuevo barrio (isla) en Bilbao, se están utilizando unos locales existentes en los que se genera actividad y ocurren cosas. Porque el proyecto ZAWP se complementa y diversifica con otras iniciativas: un centro cultural en el viejo edificio de la papelera; el Espacio Open, un mercadillo creativo donde conviven más de treinta asociaciones en la abandonada fábrica de galletas Artiach; el Gure Txoko Skate Park, para promocionar el stake; La Hacería (gestión privada), ahora dedicada a las artes escénicas; iniciativas circenses en Karolazirko o Zirkozaurre; el Pabellón 6 también relacionado con las artes escénicas; o Piugaz Bilbao, dedicado a la escalada.
Piugaz Bilbao gestora
Independientemente del interés que pueda tener para Zorrozaurre ser una “isla creativa”, desde el punto de vista urbanístico lo supera el hecho de que, sea cual sea la actividad que se plantee, se trata de una actividad “en espera”, “mientras tanto”. No es la imagen final, la solución “para siempre”. El hecho de que se considere esta etapa de transición como planteamiento a la hora de construir ciudad es algo importante. Acostumbrados como estamos a los proyectos ex novo en los cuales un erial se transforma directamente en una urbanización, tendemos a pensar que cualquier proyecto urbano debe seguir un recorrido sin etapas: un camino directo entre el terreno natural o agrícola y las viviendas, las calles, las plazas o los mercados. Por eso, los proyectos de regeneración urbana muchas veces se planifican haciendo tabula rasa con todo lo existente para sustituirlo por lo nuevo. Pero no es el caso. Como dice Robert: “Era cada vez más difícil ignorar el hecho de que Zorrozaurre era un lugar en sí mismo, no un lienzo en blanco para la maestría de Zaha Hadid”.
“El tiempo estaba ahí después de todo, antes de nada, el tiempo”
Del libro de Mikel Alonso, el texto de José Fernández de la Sota
Los lugares habitados, con una historia, una evolución (hacia la degradación, hacia el éxito o anclados en el tiempo) no se pueden tratar igual que si no existiera nada. Porque existe. Y esta existencia marca una identidad, algo intangible que se ha ido acumulando con los años y que, aunque se modifique debido a las necesidades de las generaciones que se suceden, mantiene su ser. El ir transformando un territorio urbano poco a poco tiene la virtud de que podemos ir adaptándolo a los requisitos cambiantes sin necesidad de hacer nada irreversible, y su propio ser probablemente se irá encargando de modificar el rumbo si es necesario. Entonces surge el “mientras tanto”. Este cambio de óptica de lo definitivo a lo mudable hace posible la vida de este territorio “mientras tanto”. Ojalá este “mientras tanto” de Zorrozaurre exprese su identidad definitiva. Ojalá sus habitantes puedan seguir reuniéndose, discutiendo, guerreando, para que no pierda su ser. Ojalá se encaminen hacia un planeta más sostenible. No sé en qué acabará todo, pero si se instala en el “mientras tanto”, es posible que Zorrozaurre no tenga necesidad de morir, para luego renacer convertido en el remedo de un proyecto personal. Porque una ciudad, un barrio, no se deberían entender en ningún caso como un proyecto personal, sino más bien como una construcción colectiva.
NOTAS
Nota 1.-El libro de Robert Alcock titulado en castellano La isla que nunca fue. Memorias de un náufrago inglés en Zorrozaurre puede conseguirse en este enlace. Se puede adquirir por un módico precio o bien leerlo on line (incluso descargarlo de forma gratuita).
Nota 2.-El trabajo de Isusko Vivas Ziarrusta titulado “La península de Zorrozaurre y el barrio de Olabeaga. Un problema urbanístico para Bilbao” (KOBIE, Serie Antropología Cultural. Bilbao Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia, N.° XII, pp. 87 a.l 17, año 2006/7. ISSN 0214-797 1) se puede conseguir en este enlace.
Nota 3.-También resulta de gran interés la consulta del libro D Bilbao. Olabeaga Ribera/Zorrozaurre. Barrios ante el s.XXI, del que es autor José Miguel Llano Hernáiz tanto por las fotografías como por los textos de Yolanda Veiga González.
Nota 4.-El libro de Mikel Alonso y José Fernández de la Sota titulado Zorrozaurre se puede conseguir aquí.
Nota 5.-También son de altísimo interés las fotos de Alfonso Batalla sobre Zorrozaurre.
Nota 6.-El programa de la TVE2 al que hago referencia en el texto con las declaraciones de Pablo Otaloa puede verse en TVE a la carta.
Nota 7.-Hay dos páginas web de consulta imprescindible para todos aquellos que quieran acercarse al tema. La primera es la oficial de la Comisión Gestora de Zorrozaurre que se puede encontrar en este enlace (aunque basta poner Zorrozaurre en Google y sale la primera). La otra corresponde a la Asociación de Vecinos “Euskaldunako Zubia” y el Foro para un Zorrozaurre sostenible, y no es tan fácil de encontrar. El enlace es este. El problema es que las dos tienen el mismo nombre “zorrozaurre”, pero distinto apellido. La web oficial es una punto com (.com) y la alternativa, punto org (.org).