sábado, 7 de octubre de 2017

Lugares para el País de Nunca Jamás

Ya he tratado en diferentes artículos del blog el tema de la relación entre los grupos y los espacios urbanos. Particularmente en el que se titulaba "Maurice Halbwachs, la memoria colectiva", pero también en muchos otros relacionados con el paisaje como "Paisaje rural, imagen e identidad" o "Zorrozaurre, mientras tanto". Hoy voy a adaptar otro trabajo de una de mis alumnas en el que se refleja de forma muy especial algo sobre lo que he venido escribiendo desde hace años: la necesidad de que en nuestras ciudades existan espacios sin uso planificado. Es decir, como escribía hace ya algo más de veinte años en mi libro La ciudad y el medio natural: Lugares que no sean calles, ni plazas, ni zonas verdes, ni juegos de niños. Lugares sin destino desde la planificación. Lugares que nadie proyecte ni diseñe. Espacios en espera de ser utilizados. Esos lugares, esas tierras de nadie donde pueda ocurrir lo imprevisible. Espacios capaces de adaptarse a lo que vendrá sin que nadie lo haya previsto.

Esa tierra de nadie donde colocar una red y unas sillas  tarapal