martes, 19 de octubre de 2010

Madrid Río y el Manzanares

Pobre Manzanares. Definitivamente Madrid te viene grande. Ya Quevedo lo decía: “Manzanares, Manzanares / Arroyo aprendiz de río… / Que trae más agua en un jarro / Cualquier cuartillo de vino”. Aunque lo de Góngora fue peor: “bebióme un asno ayer y hoy me ha meado”. Tampoco un embajador alemán llamado Rhebiner fue demasiado misericordioso cuando afirmaba que se diferenciaba del resto de ríos de las grandes ciudades en que “era navegable en coche y a caballo”. Y es que, claro, con un caudal de 15 m3/s (en el mejor de los casos) está en otro orden de magnitud respecto al Sena (500 m3/s) o el Tíber (250 m3/s) por poner ejemplos cercanos. También es cierto que es un río bastante madrileño ya que discurre en toda su longitud en la Comunidad de Madrid. Nace en las frías alturas del Ventisquero de la Condesa, en La Pedriza (reseva de la Biosfera) y después de 53 kilómetros termina su recorrido en el Jarama. Atraviesa diferentes zonas de alto valor ambiental y se encuentra protegido en la mayor parte de este recorrido: Parque regional de la cuenca alta del Manzanares y el Parque regional del sureste. Casi el único tramo exceptuado de esta protección es el que atraviesa el término municipal de Madrid. Pues bien, justo este tramo es el tema de hoy.

El Manzanares desde el nacimiento a la desembocadura
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