sábado, 3 de diciembre de 2022

El Jardín del Turia

Hace unos días estuve en Valencia, alojado en un hotel al lado mismo del antiguo cauce del río Turia, para asistir a una Jornada sobre la Agenda Urbana que se celebró en la Casa de la Cultura de Alzira, y a la que me habían invitado a participar. Afortunadamente me dio tiempo a pasear en una mañana soleada por ese antiguo cauce convertido hoy en jardín. Caminando entre olmos, jacarandas, palmeras, chorisias y cedros, recordé mis paseos por otros lugares pensados también para el disfrute de la naturaleza como el Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz o (en menor medida) Madrid Río. Por supuesto se trata de actuaciones urbanas muy diferentes tanto en su génesis como en su desarrollo y resultados finales. Pero me pareció que sería interesante escribir un artículo para el blog contando como surgió este Jardín del Turia que es, probablemente, uno de los espacios verdes más interesantes de este país.

El Jardín del Turia   ©jfarina

Todo empezó con una catástrofe en forma de inundación. Existen registros históricos de más de veinte desbordamientos del río Turia a su paso por Valencia. Sin embargo, la riada de 1957 fue especialmente virulenta. Hasta tal punto que el agua inundó la ciudad llegando a alcanzar los cinco metros de altura en algunas calles. Pero lo peor fue que ocasionó más de cien muertos. El gobierno de Franco tuvo que adoptar medidas ante la magnitud de la catástrofe. De forma que se pensó en crear un nuevo cauce. Surgió así el llamado Plan Sur después de sopesarse otras iniciativas, incluso de no desviarlo y ampliar el actual. Pero al final se optó por desviar el cauce antes de entrar en Valencia y situar la desembocadura entre la ciudad y la Albufera a unos tres kilómetros de distancia de la antigua.

Riada 1957. Altura alcanzada por el agua en diversas calles
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Se trata de una obra de una envergadura tremenda. Casi once kilómetros y medio de longitud con una anchura mínima de 150 metros y que en algunos tramos llega a los 200. El proyecto fue aprobado a finales del año 1961 y la financiación corría a cargo del Estado y de las entidades locales. El diseño inicial sufrió algunas modificaciones sobre todo relacionadas con la construcción de puentes sobre el nuevo cauce y la renovación de la red de alcantarillado. Los trabajos empezaron en el año 1965 y terminaron en parte en 1973, aunque el cauce en sí terminó de construirse en 1969 y se utilizaron cerca de millón y medio de toneladas de hormigón y tres millones de toneladas de piedra. Se suponía que la capacidad iba a ser de 5000 metros cúbicos por segundo, aunque actualmente se estima en unos 3700.

En azul el nuevo cauce del Turia  lasprovincias

Por supuesto que el nuevo cauce supuso toda una revolución urbanística y territorial de los alrededores, pero hoy no me voy a ocupar de esta cuestión, aunque ya hace por los menos un par de años que se ha puesto de actualidad el tema con la propuesta del Ayuntamiento de darle un uso ambiental y ciudadano al nuevo cauce del Turia, reverdeciendo el lecho y recuperando la lámina de agua perdida hace años. La verdad es que, actualmente, el llamado “nuevo cauce del Turia” en realidad es un desagüe. Enorme, eso sí. Y la Confederación Hidrográfica del Júcar va a comenzar los estudios necesarios para establecer un cauce interior y un caudal ecológico. Parece, por tanto, que se avanza en la renaturalización del nuevo cauce del que, en realidad, más de tres kilómetros están ocupados por el mar.

¿Autopista o jardín?  actualitatvalenciana

Ya vistos los antecedentes pienso que ya es hora de hablar del Jardín. En 1973 se crea una comisión para estudiar el uso del antiguo cauce y se decide que lo mejor sería construir una gran autopista que uniera el acceso de Madrid con el puerto recorriendo la ciudad. Hay que pensar en la mentalidad de los años setenta para la cual la movilidad en automóvil privado era prioridad absoluta. Probablemente si se hubiera hecho Valencia sería en estos momentos una ciudad mucho menos habitable. Pero también los setenta todavía fueron una época de auge de los movimientos ciudadanos, y con el lema “El llit del Túria és nostre i el volem verd” se inició una campaña por las asociaciones de barrios, parroquias, colegios profesionales, Movimiento Universitario, Movimiento Democrático de Mujeres y sindicatos (alguno en la clandestinidad), que consiguió que no se considerase la autopista.

"El llit del Turia es nostre i el volem verd"  faavv

De forma que, a finales del año 1975 se acuerda convertir el viejo cauce en una zona verde modificando el Plan General. Por fin, en 1979 se adopta esta alternativa por el nuevo ayuntamiento democrático. Habría que destacar la casi unanimidad entre profesionales (arquitectos, urbanistas, ingenieros) en apoyar esta reivindicación ciudadana. En 1981 se contrata a Ricardo Bofill la redacción del Avance del Plan Especial de Reforma Interior del Viejo Cauce del Turia. Después del preceptivo proceso de participación, que permitió resolver algunos problemas del Avance, se aprueba definitivamente el Plan en el año 1984. Además del Jardín propiamente dicho el parque incluía equipamientos y dotaciones para actividades culturales y deportivas. Por último, el Plan General de 1988 lo recogería completamente, incluso añadiendo el denominado Parque de Cabecera.

El Plan Especial de Ricardo Bofill  urbanetworks

El proyecto de Bofill tenía sus raíces en el jardín hispanomusulmán con presencia, entre otros elementos, del agua. La vegetación era la característica de este tipo de propuesta con palmeras, olivos, naranjos, pinos o encinas. En la actualidad se ha incrementado el número y variedad de especies arbóreas hasta cerca de cuarenta incluyendo jacarandas, cedros y chorisias (palo borracho). El jardín está dividido en 18 tramos que se corresponden con las zonas entre los puentes. De forma que, de puente a puente hay un tramo. Excepto los finales: tramos 13, 14 y 15 entre los puentes de Monteolivete y l’Assut de l’Or; y 17 y 18 entre el puente del ferrocarril y el de los Astilleros. La mayor parte son puentes históricos como el de la Trinidad o el del Mar. Pero otros se construyeron posteriormente como el de las Artes (de Norman Foster) o el de l’Assut de l’Or (de Santiago Calatrava).

Los diferentes tramos del Jardín del Turia
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A partir del plan del 1984 se convocaron una serie de concursos por sectores del Jardín. Así, corresponden al concurso de 1985 los tramos 2, 3, 10 y 11 albergando estos dos últimos el Palau de la Música y adjudicados a Ricardo Bofill. En realidad, hasta hace muy poco no se ha terminado el Parque de la Cabecera que fue el último en realizarse. De forma que cada tramo hay que entenderlo de forma distinta, no solo por la diferencia temporal entre unos y otros, sino también por la temática. Así, el tramo 3 surge con vocación deportiva e integra un estadio de atletismo y un campo de fútbol. O el tramo 12 con juegos infantiles y un enfoque más forestal. Los tramos 13, 14, 15 y 16 al no contar con pretil de contención que los separara de la ciudad la relación con el entorno es más integrada. Aquellos interesados en detalles sobre estos concursos, los ganadores y las características de cada tramo pueden consultar el excelente artículo de Urban Networks cuyo enlace se facilita al final.

Parque de la Cabecera  jardinsvalencia

Mención aparte merece el Parque de la Cabecera (ahora complementado con el Biopark) de Eduardo de Miguel, Arancha Muñoz y Vicente Corell, que pretende ser una transición entre el medio natural y el urbano del Jardín. De forma que el planteamiento se basa en una lámina de agua y una colina que sirve de soporte a un auditorio al aire libre. Por último, los tramos 13, 14, 15 y 16 que ya se ha visto que estaban más integrados con el entorno, fueron tratados de forma conjunta y afectados por la prolongación del Paseo de la Alameda, por el Palau de la Música pero, sobre todo, por la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Dada la controversia que planteó esta actuación será mejor analizarla en otro artículo. Simplemente decir que el proyecto museográfico original era de 1989. Proyecto al que posteriormente se incorporó Santiago Calatrava cuya propuesta se presentó en 1991 e incluía una torre y cambios tan importantes que el equipo original dimitió. Las obras comenzaron en 1994, pero en 1995 cambió el gobierno de la Comunidad y las paralizó. La nueva versión de 1996 ya no contaba con la torre.

Ciudad de las Artes y las Ciencias  cronicaglobal

Las obras se reanudaron en el año 1997 con el edificio de la ciencia y el planetario originales, a los que se incorporaron un teatro y un umbráculo diseñados por Calatrava y un parque oceanográfico cuyo autor fue Félix Candela. Para finalizar se incorporó un nuevo puente también obra de Calatrava: el puente del l'Assut de l'Or que se inauguró en el año 2009. También controvertido fue el proyecto remate del Jardín con cuatro rascacielos (luego reducidos a tres y finalmente anulado) de gran altura que, probablemente, condicionaría la imagen de la ciudad. Bueno, ya solamente queda saber como será este tramo final para el que se ha convocado un concurso de ideas en mayo de este año para el que se denominará Parque de la Desembocadura. Una vez descrito el complicado proceso que llevó a la situación actual desde la inundación de 1957 va siendo hora de darnos un paseo por el Jardín.

Recorriendo el Jardín  ©merchan

Claro que el recorrido puede hacerse de diferentes formas: en bicicleta, corriendo, andando o en itinerarios accesibles. En mi caso particular esta vez lo hice andando. Las múltiples sendas en paralelo que recorren el Jardín permiten que no se interfieran los diversos modos de desplazarse. Pero, en cualquier caso, todas ellas lo hacen en un ambiente verde con una vegetación magnífica y muy bien cuidada, con los ruidos de la circulación escasamente audibles, con fuentes adecuadamente situadas para beber, bancos para descansar y, en general, un ambiente placentero que hace del paseo una delicia. No he visto muchos grupos de paseantes como en Vitoria-Gasteiz, sino personas solas, parejas o grupitos de tres o cuatro. Es la esencia de una zona verde urbana que no es un entorno de proximidad con características convivenciales, sino que está más bien relacionado con el anonimato que informa las relaciones humanas en la ciudad. Se trata, por tanto, de lo que podemos entender por parque urbano. A pesar de ello no he tenido nunca sensación de inseguridad. Tendría que haber paseado también por la noche para que mi análisis fuera más completo.

Museo de Bellas Artes  ©merchan

Desde el punto de vista cultural es también bastante impresionante. Además de contar con centros de arte como el Caixaforum, auditorios como el Palacio de la Música, o museos como el de Bellas Artes, también, en su momento, se celebran concursos de “arte en la calle” y exposiciones al aire libre. Diferentes esculturas se distribuyen por todo el Jardín y tienen gran importancia los propios puentes con su carga histórica y cultural detrás. A todo ello se suman las detalladas explicaciones en cada caso para que sepamos lo que hay a lo largo del recorrido y terminemos amando las antiguas piedras, los árboles y las plantas. Incluso ha sido inspiración de varios artistas. Grupos de música como Revolver o La Habitación Roja, pintores y escritores. Pero es que también es un lugar donde se puede ver a gente leyendo (todavía en libros analógicos) sentada en la tranquilidad de un banco a la sombra. Y todo ello, increíblemente, como un milagro, en pleno centro de una ciudad bulliciosa.

Paseando por un tesoro urbano  ©jfarina

Como homenaje en el 35 aniversario de la apertura de los primeros tramos del Jardín del Turia pienso que le debía este artículo. De cualquier forma, y a pesar de que solo he dedicado un par de párrafos a mis opiniones personales al respecto, espero que se note lo suficiente mi amor por este Jardín que es mucho más que un jardín. Es ese vínculo de contacto en la ciudad y la naturaleza que tantas veces he reclamado en este blog. Y si, además, resulta que ahora se puede disfrutar debido a que, en su momento, un movimiento ciudadano impidió que se convirtiera en una autopista, todavía la emoción es mayor. Solo me queda recomendar a aquellos que no lo conozcan que inviertan una parte de su tiempo en recorrerlo tranquilamente paseando debajo de sus puentes, a la sombra de sus árboles en un día cálido o recibiendo los rayos del sol en un día frío (para lo cual solo hay que cambiar de sendero). Y a los valencianos, que cuiden este tesoro porque vale más que el oro.


 

Nota 1.-Una relación bastante detallada y completa de las diferentes fases y tramos del Jardín se puede encontrar en el artículo de Urban Networks titulado “El río que se convirtió en parque: los jardines del Turia en Valencia” que se puede leer gratis en este enlace.

Nota 2.-Una información de gran interés se puede encontrar en el artículo de Ignacio y Luis Bosch, Valeria Marcenac y Nuria Salvador titulado El parque del Turia como sistema vertebrador de la actividad cultural de la ciudad de Valencia publicado en el Portal Abierto de la UPC, al que se puede acceder gratuitamente a partir de este enlace.

Nota 3.-También puede resultar interesante la lectura del trabajo titulado “El río que nos lleva. El Jardín del Turia como metáfora de la ciudad” de Albert Moncusi y Gil-Manuel Hernández en La ciudad pervertida: una mirada sobre la Valencia global, coordinado por Josepa Cuco, publicado en Barcelona por  Anthropos en el 2013.

 

 

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