lunes, 3 de julio de 2023

Rehabilitando El Cabanyal

Ya es verano, estación propicia a la lectura. Tradicionalmente suelo dedicar algún artículo a un libro que considere de interés, bien clásico o más actual. Hace unos días, a través de ICOMOS, llegó a mis manos uno que lleva por título, Rehabilitando el Cabanyal. Un recorrido arquitectónico por el barrio de El Cabanyal, El Canyamelar y El Cap de França del que son autores Fernando Vegas y Camilla Mileto. Después de haber publicado hace dos meses (en abril) un artículo sobre el Plan Especial Cabanyal-Canyamelar, y en 2016 un trabajo de Leticia Alcalde titulado "Cabanyal, una imagen virtual", he pensado que sería un complemento adecuado analizar algunas de las propuestas, análisis y diferentes acercamientos que se hacen en el mismo sobre una cuestión tan importante como es la rehabilitación centrada en estos lugares de la ciudad de Valencia. Lugares que, además, han estado al borde de perder su identidad por un mal entendimiento de la relación entre economía y urbanismo.

Fragmento de la portada del libro

Después de una pequeña introducción el libro se divide en varias partes: historia, arquitectura, paseos y derivas, urbanismo y el futuro. Como puede observarse de gran interés para los lectores del blog ya que muchos de estos temas son los que se han ido tocando a lo largo de los años. Aquellos que lean los artículos que voy escribiendo mes a mes ya saben que cuando se trata de un libro no hago una reseña del mismo, o un resumen. Sencillamente, trato de despertar el interés por su lectura. Por supuesto, eso es lo que voy a hacer hoy también ya que, previamente, esto es lo que ha sucedido cuando lo he leído. Doy ahora algunos datos para aquellos que deseen localizarlo. La edición es del Servicio de Patrimonio Histórico Artístico de la Concejalía de Patrimonio y Recursos Culturales del Ayuntamiento de Valencia. El ISBN es el 978-84-9089-482-8. Y el depósito legal: V-2127-2023. Bueno, vamos a empezar.

Poble Nou del Mar 1880 calle Padre Luis Navarro  valenciaactua

Probablemente sea interesante hablar primero algo de urbanismo ya que es el motivo subyacente a casi todos los temas que se han ido publicando en el blog. El resultado actual, como en tantos casos, no es más que la suma de lo sucedido a lo largo del proceso histórico que ha conformado la zona. Hay que hacer notar que estos poblados formaban parte del municipio de Poble Nou del Mar y en sus comienzos básicamente se trataba de barracas en convivencia con pequeños edificios como máximo con un piso, a los que se accedía mediante caminos de tierra. Pero a finales de los años veinte del pasado siglo empiezan a ser sustituidos por edificios más altos (hasta cuatro plantas) mediante un complicado sistema debido a las herencias, y que va dejando una cornisa rota y muy irregular que en el libro se describe como “almenada”. A partir de 1950 la edificación se desboca y empiezan a aparecer edificios de apartamentos. Todo ello ha dado lugar a un conjunto de estilos diferentes, aunque predomina el modernismo.

Cornisa discontinua o “almenada”  traveler

Respecto a los elementos puramente urbanísticos como equipamientos, plazas y parques, también se señala someramente el paso de la escasez (incluso ausencia absoluta al principio) a una situación actual más adecuada y, sobre todo, se destaca lo que también decíamos en el artículo de abril de este año: que en el Plan Especial recientemente aprobado está previsto un aumento de las zonas verdes de 64.000 m2, el doble de las actualmente existentes. Todo ello dentro de una estrategia en la que la infraestructura verde se convierte en el eje de la organización del Plan Especial. Otro tema importante que es necesario conocer son los períodos de destrucción que ha sufrido el conjunto histórico. En el libro se habla de tres especialmente agresivos. El primero fue la Guerra Civil ya que los bombardeos destruyeron parte del patrimonio. El segundo, la riada de 1957 y el tercero la prolongación de la Avenida de Blasco Ibáñez del que también se trata de forma más extensa en el artículo de abril.

Cabanyal, riada de 1957  mclibre

Los equipamientos, en las fases evolutivas más antiguas eran casi inexistentes. Ni tan siquiera escuelas, solo algunas iglesias y ermitas. A principios del pasado siglo empezaron a surgir algunos de tipo cultural. También colegios y lugares lúdicos y balnearios. A principios de este siglo ya había hasta cinco colegios en la zona y otros tantos periféricos a la misma. También varios centros sanitarios, oficinas municipales, comisarías de policía, museos, bibliotecas y teatro. Incluso un mercado municipal y un campo de fútbol. Lo cierto es que en los últimos años su número ha crecido de forma notable y ya no se puede decir que sean inexistentes como al comienzo o escasos como a mediados del pasado siglo. Es importante esta cuestión desde el punto de vista urbanístico y, sobre todo, pensando en un futuro no tan lejano. Es bien conocida mi posición sobre la “ciudad del peatón”, directamente relacionada con ciudades sostenibles y saludables, e imposible sin la existencia de estos equipamientos de cercanía.

Biblioteca en la antigua casa de la Reina  lasprovincias

Es importante conocer la historia de El Canyamelar, El Cabanyal y El Cap de França y en el libro de hace un recorrido bastante didáctico que va desde los orígenes “vinculados a la pesca y el tráfico comercial” que dieron lugar a las primeras barracas dedicadas a estas actividades, hasta el momento actual en el que hay que afrontar los problemas derivados del cambio climático. Por supuesto, se estudian los períodos de desastre ya señalados y cuestiones también importantes, aunque puedan parecer anecdóticas. como la huella de Joaquín Sorolla o de Blasco Ibáñez, o el tema de las cigarreras, el contrabando, y otros. También se destacan algunos arquitectos que construyeron una parte importante de esta zona. El primero, el maestro de obras Juan Bautista Gosálvez que llegó a ser alcalde del municipio de Poble Nou en 1890. También su hijo Víctor y el arquitecto Ángel Romaní que colaboró con los dos.

Juan Bautista Gosálvez, Lonja de pescadores, 1909 arquyempr

Pero lo que de verdad importa en el artículo de hoy es cómo se aborda el tema de la rehabilitación. Se empieza por establecer una cierta morfología basada en elementos históricos que, por supuesto, no vamos a reproducir. También se hace un repaso al estado general de algunos elementos arquitectónicos como cimentaciones, muros de fachada y medianeros, cubiertas e instalaciones. Se le da gran importancia a la hora de la restauración a los acabados tales como pavimientos, yeserías, enlucidos, azulejos o carpintería. La filosofía que se desprende de esta publicación está condensada en este párrafo: “Restaurar conservando en lo posible el carácter de una vivienda histórica no implica necesariamente vivir sin las comodidades de la vida actual, sino más bien llegar a un compromiso entre la preservación de sustancia y acabados y la incorporación de los nuevos servicios”.

El Cabanyal, lambrequines  culturalvalencia

Luego, punto por punto, se van estudiando mediante ejemplos, los patios, las esquinas, los muros, las fachadas, las cubiertas, los forjados, los portones, los miradores, las cornisas, los herrajes, los pavimentos e, incluso, el mobiliario. Me voy a detener en los lambrequines ya que me ha llamado la atención este elemento arquitectónico. Se trata de “un frontal de adorno fijo en la parte superior de una ventana que permitía cubrir y proteger las persianas venecianas que pendían en el exterior de las fachadas, una vez se recogían”. Aparecen a la vez que las venecianas externas a finales de 1870. Se pueden encontrar en Grenoble o Lyon, pero no en otras ciudades como Madrid, Barcelona, o Venecia. Tanto esta cuestión como otras muchas se plantea en diferentes lugares del libro. Se analiza su evolución en el tiempo y sus tipos y variantes. Espero que estas pinceladas que estoy transcribiendo despierten la curiosidad del lector y, si se trata de un tema de su interés, procuren hacerse con esta publicación.

Grafiti en la calle Carles Ros, 32  google
 
Además se tratan otras cuestiones atractivas e, incluso, controvertidas. Así, me gustaría referirme al apartado titulado “Paseos y derivas” tema al que he dedicado numerosos artículos del blog. Ya solo lo títulos son indicativos de que la visita puede suponer: a todo color, experiencia táctil, geometría, edificios que cobran vida, juegos de luz, pinturas urbanas, tradición y relación al mar. Todo un programa para una visita activa y consciente. Cuestiones no siempre consideradas en este tipo de recorridos como son los grafitis se abordan proponiendo un recorrido concreto por once. Se describen someramente y se destaca la razón de haber sido elegidos. Incluso se estudian las técnicas empleadas en su realización “que van desde las más antiguas basadas en las incisiones y en la pintura de brocha, hasta las más modernas de uso de aerosoles”. Como también hay artículos en el blog dedicados al “arte urbano” termino con una duda que también se plantean los autores: “Queda la duda de si este fenómeno de apropiación contemporánea del espacio histórico forma parte de una subcultura, es pura contaminación visual o simple y llanamente arte callejero de mayor o menor calidad”.

El Cabanyal, elementos decorativos  elblogdefarina

Otros recorridos que me resultaron particularmente interesantes fueron el que se titula “Edificios que cobran vida” y el de “Experiencia táctil”. Respecto al primero se refiere a aquellos elementos decorados con formas zoomorfas o antropomorfas. Tanto si se trata de bajorrelieves o esculturas en jambas, dinteles, cornisas u otros elementos arquitectónicos o elementos bidimensionales sobre azulejos esmaltados o paneles decorativos. También existen bastantes representaciones fitomorfas ilustradas en algunos de los elementos del recorrido. La llamada “experiencia táctil” se refiere básicamente a la multitud de materiales utilizados posteriormente enriquecidos por la pátina y la erosión. He dicho muchas veces que para conservar hay que amar lo que se quiere conservar, y para amar algo es previo e imprescindible conocerlo. Este libro ayuda a amar el patrimonio de esta zona de Valencia.

El turismo como recurso y como amenaza  elplural

En muchos lugares el turismo está empezando a ser un problema ya que van perdiendo poco a poco su esencia. Y el Cabanyal está adquiriendo gran importancia turística. Como se señala en el texto, desde que “The Guardian” determinó que se trataba de uno de los 10 barrios más cool de Europa por “su autenticidad, personalidad propia, ambiente cosmopolita y su lucha victoriosa frente a la demolición prevista”, hay que considerar el turismo como una posible amenaza. El Plan Especial al que está dedicado el artículo de abril limita el número máximo de apartamentos turísticos al 10% de la manzana tratando de paliar los problemas que puede acarrear (como está sucediendo en otros lugares) una masificación turística. En el texto se indica que, en realidad, ya parte del uso turístico se había venido produciendo a lo largo del tiempo cuando los habitantes de Valencia alquilaban viviendas o barracas para pasar el período estival. Esto supondría una cierta “inmunización” frente al problema. Cosa que también se creía que pasaba en Santiago de Compostela de tradición turística milenaria. Pero, como se ha visto, esto ha cambiado en los últimos años con su centro histórico convertido hoy en parque temático.

Solo puede amar lo que se conoce  elblogdefarina

Me gustaría terminar con otra cita del libro, cuando dice que: “La belleza del conjunto urbano estriba, entre otros aspectos señalados en este libro, en su gran vitalidad, su frescura vernácula y su carácter indómito, características que también le llevaron durante el siglo XX a erigir edificios en altura que salpican su tejido original de construcciones de tamaño modesto”. Esta cita aparece en el apartado “Aprendiendo sobre el futuro” en el que, además se alerta sobre el reciente plan de demolición al que se aludía en el artículo de abril, al que se considera como la amenaza más importante a la pervivencia de un patrimonio excepcional. Amenaza superior a los bombardeos de la Guerra Civil o a las riadas. También debería de hacernos reflexionar sobre casos similares que pueden suceder y están sucediendo de forma continua en otros lugares, y sobre la necesidad de considerar el Patrimonio Urbano como algo más que un atractivo turístico al que se puede extraer un rendimiento económico. Por supuesto, el libro tiene muchas más cosas con reflexiones de gran calado. Espero haber despertado el interés por su lectura.