domingo, 31 de agosto de 2008

El Convenio Europeo del Paisaje

El penúltimo día de mi viaje por Chile estuve en Santiago en un Simposio Internacional organizado por la Asociación Chilena de Profesionales del Paisaje (ACHIPPA) y el Departamento de Arquitectura de la Universidad de La Serena. El Simposio llevaba por título “Paisaje Urbano Sustentable” y mi ponencia “El paisaje de los territorios europeos en el siglo XXI, el convenio de Florencia del año 2000”. Como el tema de la primera parte de la charla ya lo he tratado suficientemente en el blog voy a centrarme en la segunda.


viernes, 22 de agosto de 2008

Paisajes inolvidables, el salar de Uyuni

Cuando escribí la entrada sobre “Pure Chile” lo hice desde un hotel en La Serena y no sabía que en la segunda parte del viaje iba a encontrar motivos para matizar algunas de las afirmaciones que, entonces, me parecían bastante obvias. Quien quiera unas vacaciones no habituales puede acercarse a alguna de las agencias de San Pedro de Atacama (Chile) que hacen viajes a Bolivia y contratar un tour de cuatro días al altiplano y al salar de Uyuni. Una anécdota antes de empezar. Cuando estábamos en la agencia ¡apareció uno de mis mejores alumnos de Arquitectura de Madrid del curso de Introducción al Urbanismo! A veces se producen este tipo de hechos fortuitos e increíbles que nos hacen dudar de algunas cosas como la teoría de la probabilidad. Recorra diez mil kilómetros hasta Santiago de Chile, luego mil quinientos hasta Calama, desplácese otros cien hasta un pueblo que no cuenta ni con cinco mil habitantes, entre en una agencia de viajes y espere tranquilamente a que llegue uno de sus treinta alumnos del curso actual.

El salar como una mancha blanca en el altiplano 
Imagen de Microsoft Maps

sábado, 9 de agosto de 2008

Salvemos el Tatio

Otro año más acabo de regresar de Chile. Esta vez vuelvo algo preocupado por cuestiones familiares. Pero también por una serie de signos alarmantes (no sé si intuiciones o certezas) que he encontrado en este país al que prácticamente considero mi segunda patria. Casi diez años después he rehecho el camino a San Pedro de Atacama. La comparación de ambas visitas me pone algo nervioso porque comprendo que mis clases de aquel primer doctorado conjunto resultaron, por desgracia, premonitorias. Lo único que pretendía con ellas era tratar de advertir sobre los errores que habíamos cometido en Europa (y en especial en España) acerca de la protección de la naturaleza y que veo se empiezan a repetir también aquí.