viernes, 3 de febrero de 2023

Madrid Río doce años después

Hace algo más de doce años (en noviembre de 2010) escribí en el blog un artículo sobre Madrid Río que se titulaba "Madrid Río y el Manzanares". Aunque las obras todavía no habían terminado completamente ya estaba conformada su imagen final. Después de escribir el pasado mes de diciembre sobre “El Jardín del Turia” de Valencia me apetecía revisar lo que había contado hace años sobre el Manzanares a su paso por Madrid, y analizar el estado de esta actuación tan importante para la ciudad. De forma que me propuse realizar una actualización del estado del río cerca del que había vivido parte de mi niñez y adolescencia, pero al que entonces no se me había ocurrido ir nunca a verlo. Era como un objeto que decían que estaba ahí pero que, en realidad, para la mayor parte de los que vivíamos al lado, no existía.

Gente paseando por Madrid Río en octubre de 2010  elblog

Todavía recuerdo cuando nos íbamos a jugar a los descampados al lado de El Matadero (que en aquellos tiempos era “el matadero”) pero ni se nos ocurrió nunca acercarnos a ver el río que estaba a unos metros. O, por lo menos, yo no tengo ningún recuerdo de haberlo visto. Lo mismo que me pasaba a mí le sucedía a la mayor parte de los vecinos y vecinas de la zona según he podido constatar en conversaciones posteriores. Y si eso nos sucedía a los que vivíamos cerca, es fácil imaginar lo que pasaba con el resto de los habitantes de esta ciudad del aprendiz de río. Precisamente uno de los objetivos del proyecto era que el Manzanares a su paso por Madrid se convirtiera en un referente urbano, en un lugar como lo que es hoy el Jardín de Turia para Valencia o el Sena para París o el Támesis para Londres.
 
El río vuelve a ser otra vez un río  lugaresqvisitar
El Matadero y su puente con bóveda de hormigón


Lo primero es decir que, desde el artículo de noviembre de 2010, se han hecho muchas cosas. Algunas estaban previstas y otras no. En cualquier caso, una de las más importantes desde mi punto de vista es el plan de renaturalización del río. Se trata de una serie de propuestas de Ecologistas en Acción dirigidas al Ayuntamiento de Madrid, que se concretan en el año 2016 mediante el “Plan de naturalización y restauración ambiental del río Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid”. Sus objetivos eran los siguientes: integración del río en la ciudad; integración paisajística; mejora de ecosistemas ribereños y de la conectividad lateral del cauce con sus riberas; y mejora de la continuidad longitudinal de caudales, sedimentos y biota. Como puede observarse objetivos básicamente ecológicos pero que también afectan a la imagen de la ciudad cambiando la lámina de agua por algo más natural.
 
Se han ido creando sedimentos y pequeñas islas  eima

Para ello se plantea su desarrollo en tres fases. La primera consistía en la apertura permanente de todas las presas urbanas. Con ello se pretendía la recuperación de la dinámica original del río. Esto se hizo en el año 2016, y ha permitido que se hayan producido los procesos típicos de erosión y sedimentación que con la situación anterior no se daban debido a la presencia constante de la lámina de agua. Esta actuación ha supuesto un avance notable como se puede observar en estos momentos a lo largo del cauce, a pesar de que el río sigue regulado por las presas de Santillana y El Pardo. Poco a poco se han ido creando barras de sedimentos y pequeñas islas colonizadas por animales y plantas. Asimismo, y según la propuesta el río “puede recuperar también parte de su función como corredor ecológico al poder ofrecer estas zonas de transición para la conexión entre especies de los tramos superiores con los inferiores”.

Vuelve la fauna al Manzanares  madridiario

La segunda fase comprende la renaturalización del tramo entre el Puente de los Franceses y el de la Reina Victoria eliminando “parte de la escollera superior y la revegetación del talud de la misma y de su plataforma superior con especies de las series de vegetación potencial de la ribera del río Manzanares”. También la apertura de la compuerta tres. La tercera fase se refiere a las actuaciones relativas a dos tramos. Al comprendido entre el puente de la Reina Victoria y la presa tres, con formación de orillas o meandros más naturales; y al comprendido entre la presa nueve y el puente del nudo sur con actuaciones parecidas a las de la segunda fase. Como se puede observar, se trata de una actuación verdaderamente importante y de largo alcance, con implicaciones ecológicas y sobre la imagen de la ciudad.

Al fondo el puente de Dominique Perrault  quintadelsordo

Me he detenido tanto tiempo en el tema de la renaturalización del río porque me parece un asunto crítico para la recuperación de sus funciones ecológicas. Pero se han hecho muchas otras cosas que me gustaría destacar. Una de ellas ha sido completar las conexiones entre las dos orillas con puentes. Hasta tal punto que existen recorridos turísticos por los puentes. Uno de los que estaban ya proyectados y que pretendía convertirse en un icono de Madrid Río era el de Dominique Perrault situado en la Arganzuela con sus dos espirales de metal y piso de madera. También los puentes gemelos del Matadero y del Invernadero con sus bóvedas de hormigón y los mosaicos de Daniel Canogar. Y, por supuesto, los puentes históricos que ya eran bien conocidos por los madrileños como el de Toledo, el de Rey o el de Segovia. Así, hasta treinta y tres puentes que son un reclamo turístico en sí mismos.
 
Uno de los puentes gemelos con mosaicos de Daniel Canogar  madridfilm

Pero no solo puentes. Aquellos que me conocen saben que uno de mis latiguillos preferidos a la hora de ilustrar la necesidad de que cada ciudad se adapte a su entorno es una canción del grupo The Refrescos que se titula “Aquí no hay playa” en la cual se dice por activa y por pasiva que Madrid tiene muchas cosas pero que “Vaya, vaya, aquí no hay playa”. Pues bien, entre las múltiples cosas que se decidió poner en el aprendiz de río una de ellas fue ¡una playa! Claro, no es una playa, playa, es algo parecido a lo que se hizo en París con el Sena (salvando las distancias porque el Manzanares no es el Sena). Está situada junto al puente de la Arganzuela (el de Perrault) y consiste en una serie de surtidores en tres conjuntos acuáticos de forma ovalada, y es la única fuente de Madrid donde está permitido el baño. No hay arena, ni mar ni olas, pero sirve para refrescarse en verano. Fue el resultado de un concurso de ideas infantil y juvenil de 2005 en el que participaron más de tres mil quinientos escolares.
 
La llamada “playa de Madrid” (vaya, vaya…)  happypeople

Pero, probablemente, el intento más importante de acercar el río a la ciudad sea la llamada Plataforma del Rey. En realidad, no es nada más que un espacio abierto bastante grande (unos 14.000 metros cuadrados) sin arbolar. Su importancia deriva del hecho de estar directamente relacionado con la parte monumental de la ciudad al ser el acceso natural del Palacio Real a la Casa de Campo. Parte de su nombre viene del llamado puente del Rey que se construyó a comienzos del siglo XIX por el arquitecto Isidro González discípulo de Juan de Villanueva aunque en los años 30 del pasado siglo XX se ensanchó con motivo de la apertura al público de la Casa de Campo. Aquí se celebran diferentes espectáculos musicales o de danza y teatro. En el año 2010 la selección española celebró su victoria en el mundial de fútbol. Habría que destacar el pavimento, continuación del empleado en la peatonalizada avenida de Portugal.

Zona de la Plataforma del Rey  archdaily

Me gustaría detenerme un poco más en este espacio ya que podría convertirse en la necesaria conexión de la ciudad con el río que, desde mi punto de vista, todavía no se ha conseguido. Pero para que forme parte de esa imagen en la que están tanto el Palacio Real como la Plaza Mayor o, incluso la Plaza de España, parece imprescindible reforzar las conexiones con estos elementos altamente simbólicos, lo mismo que se ha hecho con la avenida de Portugal aunque esta no tenga esta categoría. Además, las vistas hacia el Madrid monumental desde este lugar son muy importantes. La existencia cercana de la estación de metro de Príncipe Pío debería de ayudar en este cometido. Y es que, de momento, uno de los grandes objetivos de Madrid Río como es que el río forme parte de una ciudad que casi siempre le ha dado la espalda, todavía no se ha conseguido. Es verdad que ha mejorado mucho la vida de los barrios que lo circundan, pero la ciudad en conjunto todavía no lo ha hecho suyo.

Zona de La Arganzuela  wiki

Es cierto que se están haciendo muchas cosas. Así, la zona de La Arganzuela y El Matadero ha sufrido tal transformación que está irreconocible hasta para los que hemos vivido al lado. Es la parte que se conoce como Ribera del Agua. En la orilla izquierda se encuentra el nuevo parque de la Arganzuela construido sobre antiguas dehesas de pasto de uso comunal. También se encuentra el remozado Matadero que se ha convertido en un auténtico centro de creatividad e innovación con talleres y exposiciones, dedicado al arte contemporáneo. El parque incorpora tres áreas diferenciadas: bosque mediterráneo, bosque atlántico y fronda de ribera. Lo recorren tres caminos principales que se denominan “el rápido”, “el lento” y el “arroyo seco” que se encarga de organizar el parque. También habría que destacar la serie de fuentes ornamentales, los jardines del puente de Toledo. Y tantas cosas.
 
El remozado Matadero ya no es “el matadero”  eleconomista

Y luego, claro, Madrid Río no termina en Madrid Río. Su continuación natural es el Parque Lineal del Manzanares a quien ya le he dedicado un artículo en el blog en septiembre de 2018 con el nombre de “Lugares escondidos, el parque lineal del Manzanares”, lo que me evita ahora su descripción. Uno de los problemas era el de la unión entre ambos. Afortunadamente en el año 2021 el ayuntamiento de Madrid construyó una senda peatonal y para bicicletas que lo une con Madrid Río. Esta senda de aproximadamente un kilómetro y medio y una anchura variable entre los 2,5 y los 4 metros permite el tránsito entre al presa nueve y el camino principal del Parque Lineal superando la barrera que suponía el nudo sur de la M-30. También se conoce con el nombre de tramo uno o Parque Bofill que fue el arquitecto que lo diseñó. Pero esto tampoco termina aquí, desde el nudo super-sur de la M-40, continúa el tramo dos hasta Perales y luego el tramo tres que se interna en el Parque Regional del Sureste.
 
Abierta la conexión entre Madrid Río y el Parque Lineal  santimbarajas

Y es que el Manzanares, ese río de quien el embajador alemán Rhebiner dijo que, a diferencia de otros ríos de grandes ciudades, era “navegable en coche y a caballo”, empieza a reencontrarse con Madrid. Todavía no lo ha conseguido. No es solamente que en el imaginario de la ciudad no aparezca, cosa que no sucede con el Sena o el Támesis, sino que tampoco es motivo de visita para la mayor parte de los madrileños. Afortunadamente esto está cambiando y ya, en algunos barrios alejados la gente tiene en su mente “bajar al río” a dar un paseo. Por supuesto, es una alegría auténtica para los que viven cerca. Ha supuesto un antes y un después para muchos habitantes de los barrios humildes que lo circundan y eso es ya algo irreversible. Es un placer pasear a lo largo de su recorrido en sus diferentes tramos. O incluso, dedicar un día entero a llegar desde Madrid hasta el Parque Regional (aunque todavía con dificultades en alguna de las conexiones). Espero que, dentro de otros doce años, pueda escribir que la imagen de la ciudad Madrid está ya indisolublemente unida a la del río que la vio nacer.