viernes, 3 de noviembre de 2023

Los tiempos están cambiando [ya]

Esta canción de Bob Dylan siempre me ha parecido premonitoria de muchas cosas. En particular, los párrafos finales: “La línea está trazada; y el destino, marcado. Lo que hoy es lento mañana será veloz, así como lo que hoy es presente, mañana será pasado. El orden se desvanece rápidamente y los que hoy son primeros serán últimos mañana. Porque los tiempos están cambiando”. Cuando el 1963 Dylan publicó el álbum The Times There Are A-Changin pretendía reflejar las luchas de aquellos momentos como las desigualdades raciales o la guerra de Vietnam. Cuando hoy la oigo una vez más no puedo evitar pensar en que, efectivamente, los tiempos están cambiando. Pero están cambiando “ya”. Es más, en muchos aspectos, el presente de “están cambiando” habría que "cambiarlo" por el pasado y decir “lo tiempos han cambiado”. Trataré de explicarlo en los párrafos que siguen.

Fragmento de la portada del disco de Dylan

Y no me refiero al tema de las guerras o las desigualdades raciales (que también) sino a una cuestión que empieza a desbordarnos: el problema del clima relacionado con las formas tradicionales de planificar. Desde los primeros planes de urbanismo las metodologías se basan casi todas en un sistema de diagnóstico, análisis y propuestas. Por ejemplo, un colector de pluviales se diseña según un período de recurrencia en el que de forma probable se producirá una determinada intensidad de lluvia. A partir de ahí y siguiendo variables técnicas conocidas se propone un diámetro concreto. Hay que llegar a un consenso, ya que según el período de recurrencia las calles se inundaran con una probabilidad determinada cada cierto tiempo. A mayor diámetro del colector menos inundaciones, pero más dinero habrá que destinar al mismo en detrimento de otras inversiones como en colegios o en salud.

Huella ecológica 1960-2005 fuente WWF  elblog

Pero como ya he escrito en otros lugares y en muchos artículos del blog las cosas han cambiado. Y es que, más o menos hasta mediados de los años ochenta del pasado siglo XX, la biocapacidad de la Tierra era menor que la demanda y el problema era de explotación de los recursos con los que se contaba. Pero a partir de entonces no solo consumimos toda la biocapacidad sino también los ahorros acumulados a lo largo de miles de años como, por ejemplo, el caso de los combustibles fósiles. No hay para todos, y el problema hoy es de reparto. En realidad, la cuestión es aparentemente sencilla: contamos con un cierto capital natural (energía, agua, suelo, sumideros de contaminación) y tenemos que conseguir convertirlo en bienestar social. Dado que cada vez las necesidades de bienestar social son mayores, los beneficiarios del mismo también, y el capital natural permanece fijo, esta cuestión está fuera de control.

No dejar que el sistema se ajuste solo  rtve

Es evidente que este problema (porque es un problema) necesita un ajuste ya que clima, residuos y agua están en situación crítica. Ajuste que se puede producir dejando que el sistema lo haga. Es decir, sin trabajar por nuestra parte. Que es casi la situación actual. Pero, probablemente, esta solución que es la más sencilla, presente a la larga una factura demasiado onerosa. Factura que recaerá con toda seguridad en las clases o en las regiones más pobres y, según su dureza, podrá alcanzar también a la mayor parte de las clases medias y a muchos más lugares de los previstos. Como ya he dicho en tantas ocasiones, si se deja que el sistema se ajuste por si mismo mucha gente va a sufrir mucho. El problema es que las técnicas que hemos utilizado tradicionalmente para prever las necesidades de suelo y alojamiento futuros se basaban en la creencia de que el sistema iba a evolucionar según unos parámetros previsibles o que, como mucho, se iba a producir una crisis que se podía anticipar.

Otros usos para calles y plazas  conversesacatalunya

Pero ante una situación como la actual, es difícil plantear estrategias validadas por la experiencia. Seguramente lo más sensato sea actuar con mecanismos, técnicas y sistemas que podríamos denominar preventivos. Ya se está proponiendo una arquitectura y un urbanismo de la “incertidumbre”.  Los contenedores arquitectónicos deberían de ser capaces de albergar usos diferentes a los previstos, incluso desconocidos en estos momentos. Los materiales, aptos para ser reciclados en unas condiciones que ni tan siquiera podemos imaginar. Las calles para albergar funciones no necesariamente destinadas exclusivamente a transitar o a establecer relaciones entre los habitantes. Las zonas verdes deberían ser capaces de albergar usos diferentes a los de “alfombra verde”. Y, por supuesto, habría que cambiar completamente el enfoque relativo a las zonas edificables, los tipos de pavimentos, o las densidades.

Hay que poner en carga todo lo ya construido  tribunadetoledo

Probablemente la forma más racional de actuar en momentos como los que nos ha tocado vivir sería la de no hacer nada que fuera irreversible. Se debería tender a poner en carga todo el suelo construido y el espacio urbanizado con objeto de “no aumentar más la superficie urbanizada del territorio” porque la urbanización en las condiciones actuales es un proceso irreversible por lo menos a corto y a medio plazo. Y para conseguirlo habría que empezar por utilizar los metros y metros cuadrados de viviendas vacías que existen en nuestras ciudades y territorios, por favorecer su rotación mediante un sistema de alquileres eficaz, por sustituir los edificios ineficientes desde el punto de vista energético por otros diseñados con criterios bioclimáticos, por utilizar las modernas tecnologías para conseguir más con menos.

Limitatio, separación entre ciudad y naturaleza  macerata  

Desde el punto de vista de las relaciones entre ciudad y territorio parece necesario que, poco a poco, se recupere el límite de separación entre ciudad y naturaleza, y que lo único que se construya sea, en todo caso, para rellenar los intersticios libres que quedan entre los trozos urbanizados que se van distribuyendo de forma casi aleatoria con el único nexo común de las infraestructuras. Y cediendo parte de ese territorio a la naturaleza con objeto de que no vayan desapareciendo de forma acelerada los servicios de los ecosistemas. Es decir, probablemente sea necesario inventar una nueva ciudad. Inventar una nueva forma de ocupar el territorio que sea respetuosa con la naturaleza. Y con ello me estoy refiriendo a un nuevo modelo al que tender y al que ir dirigiendo los 3.500 millones de km2 urbanizados en todo el mundo.

El “agua va” de la ciudad medieval  wordpress

Y no se trata (como se puede leer en las publicaciones de algunos estudiosos del tema) de la vuelta a la ciudad tradicional. Es absurdo que el modelo sea la ciudad de nuestros antepasados. Nadie (casi nadie) aceptaría residir hoy en una vivienda del siglo XII, el “agua va” tradicional, o la falta de servicios de la ciudad ya superada por las necesidades de hoy. Es imprescindible “ya” un modelo de ciudad del futuro que, por desgracia, apenas se vislumbra. Sabemos lo que no queremos. También empezamos a conocer algunas líneas de hacia donde ir. Mientras tanto habría que actuar cautamente para no hipotecar posibles soluciones aún desconocidas. Es por eso necesario pensar en formas de planificar que no sean los actuales planes de urbanismo. Una de las primeras cosas que habría que hacer sería darles mucha más flexibilidad para que unas nuevas Oficinas de Planificación y Adaptación pudieran proponer los cambios.

Hay que reducir los transportes  neotrans

Cambios, que si se trata de la crisis climática (uno de los resultados ya visibles de la situación comentada en párrafos anteriores acerca de la biocapacidad del planeta y la demanda del mismo) podrían resumirse en dos objetivos básicos. El primero sería a largo plazo y se suele conocer con la expresión “medidas de mitigación”. Esa es la parte que se podría denominar estratégica y que se resumiría atendiendo a cuatro ideas básicas. La primera sería la necesidad de conseguir un funcionamiento más eficiente del sistema. En este caso las medidas a implementar serían numerosas y bastante obvias. Por ejemplo, sería prioritario reducir drásticamente los transportes: de materiales, de personas, de energía. Claro que la globalización es necesaria en determinados casos, pero como se ha visto con el covid-19, casi siempre disminuye la resiliencia y aumenta el déficit ecológico.

Sin servicios de los ecosistemas la ciudad no es viable  elblog

La segunda idea básica relacionada con las "medidas de mitigación" es que la respuesta en un contexto de incertidumbre nunca puede ser igual que en una situación estable. La tercera sería recuperar el límite entre ciudad y naturaleza, lo que permitía el funcionamiento de la primera absorbiendo todo aquello que le sobra a la ciudad y le suministra los recursos necesarios. Al borrar el límite, la naturaleza deja de funcionar como tal y ya no puede ser el sumidero de residuos ni el suministrador de “nutrientes”. Y la cuarta estaría relacionada con la participación. Tema muy difícil y complicado de abordar pero que solo es posible conseguir a partir de la educación. Aunque no exclusivamente a partir de la educación desde las aulas, sino mediante la educación ciudadana. El planteamiento sería, sencillamente, profundizar en la democracia a partir del conocimiento (y no de la ignorancia) de nuestro entorno.

Actuaciones rápidas, baratas y reversibles  elperiodico

El segundo de los objetivos se ve mucho más urgente dado que es necesario hacer algo ante los problemas climáticos que nos están asolando. Se podía concretar en las llamadas “medidas de adaptación”. Para ello será de una gran ayuda el llamado “urbanismo táctico”. Pueden leerse en otros lugares del blog varios artículos dedicados a ello. Pero se podría resumir este tipo de urbanismo en tres características de las actuaciones que ayudarían a superar el contexto de incertidumbre en el que nos encontramos: tendrían que ser rápidas, baratas y reversibles. El que sean reversibles es fundamental dado que no se puede conocer si en un futuro cercano va a cambiar el contexto. También el que sean baratas para minimizar las pérdidas si todo cambia. Y, por supuesto, la rapidez ya que estamos hablando de urgencias.

Crear oficinas de Planificación y Adaptación  montiel

Y respecto al “urbanismo estratégico” de que hablaba en párrafos anteriores sería bueno cambiar la metodología del plan pensando en un sistema menos determinista y más adaptable. Por ejemplo, el sistema de escenarios utilizado normalmente en la llamada Planificación Estratégica. El sistema de escenarios permite cambiar las previsiones en función de la evolución de las variables consideradas para la formación de los escenarios y, además, hacerlo no planteando un único escenario sino varios con probabilidad de ocurrencia distinta. De esta manera las actuaciones tácticas también podrían orientarse hacia el futuro en función de la evolución del planeamiento. Urbanismo táctico y urbanismo estratégico se complementarían se forma dinámica. Pero eso, por supuesto, requeriría la existencia de unas Oficinas de Planificación y Adaptación que lo permitieran.

El plan de urbanismo tiene que cambiar  elperiodic

Se deberían abordar estas cuestiones de forma prioritaria porque son ya emergencias: el cambio climático, el agua y los residuos. El primero incluso ha calado en la sociedad y, sobre todo, entre los jóvenes y es al que, básicamente, me he referido en este artículo. Pero los otros apenas se tratan y van a resultar de vital importancia en un futuro cercano. También he escrito sobre la llamada guerra del agua que ya se empieza a producir y que, esperemos, no termine en conflictos bélicos. Sobre la cuestión de los residuos y el reciclaje se ha avanzado pero de forma insuficiente. Estos son los atisbos de certidumbres. El resto es incierto. Y esta incertidumbre hace que sea necesario cambiar la forma en la que venimos planificando ciudades y territorios. Para terminar unas estrofas de Dylan: "Venid senadores, congresistas, por favor oíd la llamada. No os quedéis en la puerta, no bloqueéis la entrada, ya que resultará herido todo el que se oponga. Fuera se está librando una batalla que pronto golpeará vuestras ventanas y hará crujir vuestros muros, porque los tiempos están cambiando".