miércoles, 3 de agosto de 2022

Espacios domésticos vs. representativos

Estos días se ha generado una cierta polémica en torno a la remodelación de la Puerta del Sol de Madrid. El proyecto de Ignacio Linazosoro y Ricardo Sánchez, como siempre que se trata un espacio de estas características, está rodeado de opiniones controvertidas. Las obras ya han empezado e incluyen algunas operaciones básicamente de reordenación, eliminando totalmente la circulación de automóviles, cambiando de sitio algunas de las piezas principales y modificando las salidas del intercambiador, uno de los más importantes de la capital. Al analizar las opiniones suscitadas me he dado cuenta del interés que tiene para una ciudad el diferenciar convenientemente sus espacios representativos de otros más domésticos.

Remodelación Puerta del Sol  telemadrid
Señalar en la imagen para verla más grande

Algo de esto ya había planteado en un artículo publicado hace unos días en el diario El País y que se titula “Toldos en la Puerta del Sol, o cómo destruir un espacio selfi”. Para quien le pueda interesar su lectura pongo el enlace en una de las notas finales. Se trata de un artículo un tanto desenfadado y escrito con abundantes dosis de ironía que no he debido transmitir bien ya que algunos lectores no lo han apreciado así. Así, la afirmación de que hago al final y que dice “Por cierto, tampoco deberíamos preocuparnos por el “iglú”, que con el cambio climático y tanto sol se derretirá en cualquier momento, como les pasó a los célebres ’supositorios’”, para aludir a que el mismo ya no estaba en el proyecto de remodelación parece que no ha sido entendido por algún lector. Por cierto, unos le llaman "el iglú" y otros "la ballena", yo prefiero la primera denominación que en estos momentos me parece más refrescante.

Intercambiador Puerta del Sol (“ballena” o “iglú”) Draceane

Pero el artículo se centra en la conveniencia o no de colocar árboles o toldos para producir sombras. Para ello introduzco la noción de “espacio selfi” ya planteado en otro artículo del blog titulado “Hacerse un selfi en la Puerta del Sol” correspondiente a febrero de 2020 y cuyo enlace también incluyo en las notas finales. Todos aquellos que conocen mi trayectoria en los últimos años saben que me he dedicado básicamente a trabajar en temas de salud y urbanismo. Y que una de las consideraciones más importantes se refiere a la introducción de la naturaleza en la ciudad. Además, con determinadas condiciones. También escribí sobre este tema en el mismo suplemento de El País en otro artículo titulado “Más zonas verdes cerca de casa” cuyo enlace también he puesto en las notas finales.

The Geotaggers' World Atlas #15: Madrid  Erica Fisher
Señalar en la imagen para verla más grande

Por todo ello supongo que a nadie se le ocurrirá incluirme en el bando de las “plazas duras”, frente al de la “naturaleza en la ciudad”. Sin embargo, en materia de urbanismo pienso que no hay que plantear las cosas de forma maximalista. En concreto, en el tema que nos ocupa es muy importante diferenciar en las ciudades aquellos espacios que podemos denominar “domésticos” de aquellos otros más “representativos”. Y aquí he dudado mucho sobre qué palabra utilizar en el segundo caso. Al final me he decidido por “representativos”, aunque también podría haber utilizado “simbólicos” o, como hago últimamente “espacios selfi”. Y es que Internet y los medios de comunicación de masas están modificando de forma muy acelerada el imaginario colectivo. Así, puede sorprender que, por ejemplo, el estadio Santiago Bernabéu se ponga a la altura de la Puerta de Alcalá o La Cibeles. Pero si miramos en número de referencias en Google, o trabajos como el de Erica Fisher titulado The Geotaggers' World Atlas #15: Madrid se puede ver como se trata de uno de los lugares más visitados de la capital.

Puerta del Sol, Madrid, 23.200.000 resultados
Señalar en la imagen para verla más grande

Al final me he decidido por la palabra “representativo” ya que compendia, no solo el imaginario del turista, sino también el del residente (muchas veces influido por el efecto espejo ya comentado en el blog en otras ocasiones). De lo que no hay duda es de que los cambios de imagen en estos espacios representativos han de ser muy meditados con objeto de que las modificaciones introducidas no modifiquen una imagen consolidada a través, no solo de las visitas reales de los habitantes y de los foráneos, sino también de los cientos de miles de fotos y vídeos que, en estos momentos, se pueden encontrar en la red. Son espacios que también he llamado selfis y que consolidan las costosas campañas publicitarias llevadas a cabo para conseguir notoriedad para los mismos.

Puerta del Sol, Madrid, remodelación 1870 Juan Laurent
Señalar en la imagen para verla más grande

Además, generalmente, estos espacios representativos tienen una base orgánica de tipo cultural cimentada a través del tiempo y que tiene que ver con el Patrimonio Cultural de una ciudad concreta. De esta manera consideraciones históricas se añaden a las puramente del imaginario selfi que suele basarse en ellas. De forma que el Patrimonio Cultural, el marketing turístico y la imagen generada en Internet a través de las aportaciones de los visitantes suelen fijar de forma casi indestructible el carácter dicho espacio. Por supuesto que no se trata de un lugar donde crear vínculos vecinales de amistad, llevar a los niños a los columpios, o descansar a la sombra de un árbol. Se trata de un sitio para fotografiar y decirle a nuestras amistades, que muchas veces están a miles de kilómetros, que hemos estado allí. O para realizar determinadas actividades que fijen su representatividad. Actividades tales como (en la Puerta del Sol de Madrid) recibir al nuevo año, o manifestarse reivindicando algo.

Barcelona, espacio doméstico, barrio de la Sagrada Familia barcelonadia

Pero en una ciudad no solamente hay espacios representativos. Es más, deberían ser muy pocos ya que se trata de referencias y su proliferación destruye su carácter. El resto, que hemos denominado espacios domésticos, son el entramado vital de sus habitantes. En este caso he dudado si emplear la palabra “doméstico” o “vecinal”, y me he decantado por "doméstico" ya que en estos espacios se deberían desarrollar no solo la convivencia con los cercanos, sino también con “el otro”, con el que no es del entorno cercano y que viene incluso de otro barrio. Por eso, al hacer de los espacios cercanos de naturaleza la base de la organización de una ciudad, también he justificado en otros artículos y trabajos, que deberían de estar conectados entre sí ecológicamente (en forma de infraestructura verde) y también funcionalmente para que la gente pudiera desplazarse de uno a otro sin dificultades.

Vitoria, infraestructura verde urbana  elblog
Señalar en la imagen para verla más grande

Lo que no se puede hacer de ninguna manera es confundirlos. Es decir, aplicarle a un espacio doméstico las características de uno representativo, y a la inversa. Sin embargo, muchas veces esto no se hace así. Si nos fijamos en el caso de la Puerta del Sol de Madrid, sobre el que he meditado bastante, sería un error intentar introducir elementos más domésticos relacionados con la vida de las personas que viven cerca. Para eso habría que buscar otros sitios. Comprendo que no es sencillo, sobre todo en el centro de las ciudades, pero podría intentarse incluso reverdeciendo terrazas si fuera necesario y haciéndolas accesibles. Pero seguro que, teniendo en mente conseguirlo, no sería tan complicado esperar a determinados solares quedaran vacíos o reconvertir otros sitios, como se ha hecho con las supermanzanas en Barcelona, en zonas verdes de cercanía apoyadas por lugares de estancia, juego o convivencia.

Barcelona, calle Sancho de Ávila  elperiodico

Y es que conseguir que un espacio urbano se convierta en un símbolo, en un elemento de referencia en la trama de la ciudad, cuesta trabajo y, muchas veces, dinero. Conseguirlo con un elemento es más sencillo: el museo del Prado, la puerta de Alcalá o la Cibeles, por ejemplo. Sin embargo, con espacios es más complicado. Por eso hay que cuidar mucho los cambios que se introduzcan pensando siempre en sus características esenciales para intentar mantenerlas. Es más, hay trabajos que nos indican claramente que si se “construye” un espacio representativo sin una base cultural e identitaria de sus habitantes, simplemente mediante marketing y redes sociales, el problema es que, para mantener el interés hay que variarlo continuamente con el consiguiente coste económico y social.

Madrid, Paisaje de la Luz  elconfidencial
Excepto el nombre, cuenta con una buena base "orgánica"


De forma que las condiciones tradicionales de la llamada “imagen orgánica” de un paisaje urbano han cambiado radicalmente con la introducción de los modernos medios de comunicación masivos y, sobre todo, de Internet y las redes sociales 2.0. Esto significa que estos espacios que he llamado “representativos” funcionan mediante unos parámetros que no son los tradicionales. Así, por ejemplo, el término identidad que normalmente iba asociado a los mismos cambia radicalmente. Tengo pensado dedicarle otro artículo a esta cuestión clave pero ahora solo voy a anticipar que, además, de la identidad individual y la colectiva habría que empezar a considerar una tercera: la identidad en red. Esta identidad en red sería aproximadamente la relacionada con lo que he llamado “espacio selfi”. Y que, en muchos casos, absorbe a las otras dos incluso para los propios residentes.

Madrid, Paisaje de la Luz, 13.800.000 resultados
En pocos meses solo con una campaña de marketing

Señalar en la imagen para verla más grande

De lo que no hay duda es de la necesidad de los espacios domésticos de proximidad que deberían de ser, en la mayor parte de los casos, espacios verdes. Las condiciones a cumplir son muy distintas de los que hemos llamado espacios representativos”. Y lo son porque los objetivos no son los mismos. En este caso habría que entenderlos como una extensión de las viviendas. En primer lugar estaría el contacto (aunque fuera mínimo) con la naturaleza. Está demostrada esta necesidad para el desarrollo armónico y equilibrado de los niños, pero también en el caso de las personas mayores. Asimismo el contacto con los cercanos, de forma que se constituyan en lugares de convivencia y relación. Pero deberían cumplir muchas más funciones, desde la realización de ejercicio físico hasta el juego y la diversión. Es particularmente importante conseguir que niños y personas mayores puedan interactuar entre sí.

Base “verde” de los espacios domésticos  cuadernosmanchegos

Pero las bases de la convivencia en una ciudad no son solo relacionarse con los iguales, con los que están viviendo cerca de nosotros, sino también con “el otro”, con el desconocido que viene de otro sitio. Lo mismo que desde el punto de vista ecológico todas estas zonas verdes deberían estar unidas entre sí mediante corredores que impidieran su conversión en relictos aislados, también consideradas como áreas de convivencia deberían de estar comunicadas funcionalmente de forma que pudiera existir interacción con otros vecinos y vecinas no tan próximos. Incluso de otros barrios. Esto permitiría, además, poder realizar caminatas más largas e, incluso, establecer circuitos de footing o para bicicletas. Estas uniones no serían solo entre espacios domésticos, sino también con los espacios representativos e, incluso, con parques periurbanos y zonas naturales fuera de la ciudad.

Madrid, mercado de cromos en Quintana  youtube
Otra forma de representatividad más doméstica


En párrafos anteriores he tratado de analizar los dos grandes tipos de espacios que podemos pensar para nuestras ciudades, en el convencimiento de que ambos son necesarios pero que tienen objetivos distintos y, por tanto, que deben de cumplir condiciones diferentes. Esto no quiere decir que no pueda darse el caso (raro) de que un espacio sea a la vez doméstico y representativo. Pero sería una excepción y compatibilizar objetivos tan distintos me parece bastante complicado. Y me refiero a que se pueden identificar diferentes grados de “representatividad” de cada uno de estos espacios. No es lo mismo la Puerta del Sol de Madrid que, por ejemplo, la plaza de Quintana en esa misma ciudad. Mientras que este segundo caso su conocimiento es de barrio o, incluso, algo mayor, en el segundo es internacional. Conforme su ámbito representativo sea mayor más complicado es introducir elementos domésticos en el mismo, y a la inversa. Su análisis, no solo como Patrimonio, sino también como factor de “identidad en red” es fundamental para poder intervenir sin cometer errores.
 



Nota 1.-El artículo de El País titulado “Toldos en la Puerta del Sol” al que me refiero al comienzo se puede encontrar en este enlace.

Nota 2.-El artículo del blog “Hacerse un selfi en la Puerta del Sol” se puede leer en este enlace.

Nota 3.-Y otro artículo de El País titulado “Más zonas verdes cerca de casa”  que también menciono en el texto se puede leer en este enlace.
 
 
 
 

Desde enero de 2020 tengo inhabilitados los comentarios debido a la proliferación de publicidad que recibía. Aquellos que quieran hacer alguna consulta pueden escribirme a la dirección de correo electrónico que figura en el currículum.